S E C R E T O S |Fanfic Pecados Placenteros|

32

En un rato nos iríamos a Moscú, mis cosas ya estaban listas al igual que las de mis padres y hermanos. Los escoltas habían bajado las maletas hasta las camionetas.

Me aseguré tener mi arco, lo puse en su estuche con las flechas que siempre usaba.

—Jo. —papá tocó la puerta y entró.

—Papi. —me acomodé en la cama para que se sentara frente a mí.

—¿Todo listo? ¿Estás bien?

—Todo perfecto, papá. No es mi primera competencia. —sonreí— Pero gracias por preocuparte.

—¿Nerviosa?

—Quizás un poco.

—Ganarás el primer lugar como siempre. —pasó una de sus manos por mi cabello.

Me recosté de él abrazándolo de costado. Él me apoyaba siempre, era el mejor padre del mundo.

—¿Qué sucede? —lo miré un poco— Estás preocupado por algo.

Sé que algo le ocurre, está siendo muy protector conmigo. O sea, siempre lo ha sido, pero estas semanas lo ha sido mucho más.

Negó.

—Me aseguraba que estuvieras lista. Termina de arreglarte, salimos pronto. —besó mi sien.

Bueno, está bien. Papá siempre tiene todo asegurado y bien, no hay de qué preocuparse. Quizás sólo está estresado por cosas de su trabajo.

Me quité la pijama y me cambié. Arreglé mi cabello Justo cuando mamá me llamó para bajar. Lo hice. Ya mis hermanos estaban listos, al igual que la familia de mamá y mis tíos.

Tomé a Diana, estaba muy inquieta en los brazos de mamá. La entretuve mientras papá y mamá de encargaban de unas cosas más antes de subirnos a las camionetas. La puse en su asiento, parecía enojada de que la hayan despertado durante su siesta.

Llegamos al jet. Megan, Jade y Gabriela estaban ahí esperando por nosotros.

—Sólo dejé que se quedaran una vez en mi casa, sólo una vez. —se quejó papá al verlas— Y ahora tengo que cargar con ellas para todos lados como garrapatas.

Mamá y yo reímos. Se queja de ellas pero siempre les mandaba a limpiar una habitación o reservaba una para ellas cuando venían mis competencias, aún si yo pedírselo.

Subimos al jet, nosotras cuatro nos fuimos a la parte de atrás para seguir hablando.

Estuvimos varias horas sentadas platicando. Yo le explicaba a Gabriela como eran las competencias, cuanto se tardaban y como era que se calificaban.

Yo siempre me divertía compitiendo, era divertido ver como los demás me miraban mal.

Nos entregaron el almuerzo, y a los pocos minutos de terminar las cuatro acabamos dormidas. Me había recostado en el asiento con una sábana, y Jade estaba casi por completo sobre mí con su rostro escondido en mi cuello, no me molestaba.

Milenka nos despertó cuando llegamos a Moscú.

—¿Nos quedaremos en un hotel? —preguntó Gabriela mientras bajábamos del jet.

—No, mi abuela vive aquí, nos quedaremos con ella. —la miré— Nos quedaremos en ella.

Todos menos la familia de mamá. Papá no quería y el abuelo Rick para no iniciar una pelea entre papá y Luciana, dijo que estarían en un hotel cerca de nosotros. Es un milagro que se hayan mantenido normal durante el vuelo.

Mamá le tuvo que haber dicho varias cosas a papá para que se comportara.

Unas camionetas que nos esperaban nos llevaron hasta la mansión de Moscú de Regina.

Ella abrió la puerta cuando sintió que llegábamos, los mellizos corrieron hasta donde ella felices de verla.

—Abuela. —me acerqué a ella saludándola— Ella es Gabriela, una nueva amiga, a Megan y a Jade ya las conoces.

Ella asintió sin mucha importancia, les hice una seña a Megan para que entrara junto con Gabriela. Regina se quedó viendo mi mano, que sostenía la de Jade. Me dio una media sonrisa para luego besar mi frente, antes de ir a abrazar a papá.

—Le caes bien. —le susurré a mi novia.

—¿Segura? Yo creo que no.

—Que sí. —reí— Ella es así.

No es la primera vez que veníamos, por eso Regina las conoce. La empleada nos dijo que Megan, Gabriela y Jade compartirán cuarto, las llevaría hasta allá. Yo las iba a acompañar pero papá me llamó. Dejé que subieran.

Me acerqué a mi padre, mamá estaba a su lado y le dio un codazo para que hablara. Él rodó los ojos.

—Jade dormirá en tu habitación. —sonreí— Pero te juro Josephine que será la última vez si no estás despierta a las seis de la mañana porque te amaneciste haciendo...

—¡Papá!

—¡Christopher! —mamá y yo gritamos a la vez.

—¿Qué? —miró a mi madre— Es mi hija, yo la conozco.

—Estaré despierta. —reí dándole un beso en la mejilla— Te amo.

Di la vuelta con una sonrisa para ir y subir al segundo piso.

•••

En Algún Lugar De Mundo...

Narrador Omnisciente

La noche estaba fría, una mujer caminaba por las calles temblando. Quizás de frío o de todo el miedo que estaba sintiendo en ese momento.

La mujer llegó hasta el lugar en donde había quedado con varias personas más. Se aseguró que nadie la siguiera y entró al edificio.

Ya las personas estaban así, sentadas esperando por ella. Vestían muy elegante, todos.

—Señores. —saludó con un poco de miedo— Aquí tienen.

Les entregó un sobre.

El líder lo abrió sacando varías fotos.

Fotos de Josephine Morgan.

—¿Es ella? —otra mujer habló arrebatándole las fotos— Oh Dios...

—Es igual a Elisabeth.

Todos ahí estaban impresionados con las fotos de la adolescente.

—¿Estás segura de lo que nos estás diciendo? —el hombre preguntó a su informante.

—Lo estoy, Josephine estará en una competencia el domingo en Moscú. —asintió— Me dieron bien la información.

—¿Y se puede saber de quién?

La mujer sonrió recordando a la persona que le dio la información sobre dónde estaría la chica.

—De alguien que se ha querido deshacer de ella desde hace muchos años.

Los demás se miraron con una sonrisa. Una muy rara sonrisa. Pronto tendrían a la chica con ellos, y pobre del que se las vuelva a quitar.

Ya perdieron a Elisabeth, no perderán a Josephine también.

Mataran a todo el que se atreva a arrebatársela.

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• Si bueno... Jossi tiene unos padres que también mataran a todo aquel que la intenté dañar...

• Recuerden este adelanto de hace mucho:

—Esa niña no es nada tuyo.

—Esa niña te guste o no es mi hija. Josephine es mi hija, nada cambiará eso.