S E C R E T O S |Fanfic Pecados Placenteros|

2

Se encontraban en la pista de aterrizaje ya lista con sus cosas. Estaba emocionada, demasiado.

—¿Ya tienes todo, Jossi? —Su tío se acuclilló frente a ella para estar a su altura.

—Sí, tío. —Sonrió entusiasmada— ¿Vas a ir a verme, verdad?

—Quizás en unos meses. —La niña se lanzó a los brazos de su tío y lo abrazó con fuerza— Pásala bien, y gástale la tarjeta de crédito a tu hermano.

Jossi río separándose de él.

—Lo haré, tío bonito.

Ambos se despidieron cuando la hora de partir llegó. Subió al jet con una gran sonrisa y fue directo a sentarse en uno de los grandes asientos. Miró a su tío por la ventana por última vez despidiéndose agitando la mano.

—¿Lista, cariño? —Mi nana se sentó frente a mí— En unos minutos partiremos a Londres.

No durmió durante el largo viaje, se mantuvo despierta para ver el paisaje por el que pasaba, no era algo del otro mundo, pero sí le gustaba.

La primera y última vez que viajo tenía 7 años, y ahí sí estuvo dormida todo el viaje, así que no lo disfrutó como ahora.

Comió en el avión unos nugget de pollo como ella había pedido y jugo de manzana, leyó uno capítulos de un libro de fantasía y escuchó música un rato.

—Mira cariño, ya llegamos. —Su nana le apartó los audífonos para que viera por la ventana luego de unas largas horas.

Josephine miró como volaba por las calles de Londres y sonrió. Ya estaba a minutos de aterrizar.

—Nana, ¿crees que a papá le guste verme aquí?

—¿Por qué preguntas eso, cariño? —Le tomó las manos— Eres su hija pequeña, ¿por qué no le agradaría verte?

—Es que a veces siento que él no me quiere...

Su nana acarició su mejilla.

—Bueno, cualquier cosa que pase, tienes a tu hermano que te adora demasiado. No tienes de que preocuparte. —Le sonrió.

El jet aterrizó en una pista privada alejada de todo. Ya habían varios vehículos esperando por ellos ahí. De uno bajó el hombre alto de ojos grises y se recostó esperando a que su hermana bajara.

—¡Mira nana! —Gritó Jossi— ¡Es Chris!

Una azafata se acercó diciendo que ya podían bajar, la menor se puso de pie y rápido llegó hasta la salida del jet. Le abrieron la puerta, las escaleras bajaron y ella bajó.

—¡Christopher!

Corrió hasta donde él estaba y saltó a abrazarlo con fuerza, él la tomó cuando lo hizo.

—Hola, Jo. —Rió, al igual que ella abrazándola con fuerza— ¿Estás bien?

La apartó un poco para mirarla a los ojos, apartando detrás de su oreja un par de cabellos que le habían caído en el rostro.

—¡Sí! —Besó su mejilla— Te extrañé mucho.

—Yo a ti. —Sonrió.

La dejó en el suelo y esperó a que los hombres bajaran las pertenencias de la menor, ordenó a que subieran todo a las camionetas para poder irse.

—Señor. —Sandra saludó al Coronel, sólo recibió un asentimiento de su parte.

—Vámonos. —Un hombre abrió la puerta de la camioneta, Christopher tomó a Jo y la subió junto con él, su nana dijo que se iría en otra para dejarlos hablar tranquilos.