S E C R E T O S |Fanfic Pecados Placenteros|

5

Josephine caminó por los pasillos llamando la atención de varias personas. Tenía miedo de estar en un nuevo lugar, pero caminaba segura, su hermano le había dicho que nunca debía mostrar su miedo a las personas.

Llegó al salón que le correspondía, ya habían varios chicos ahí, se le quedaron viendo cuando entró y fue a sentarse en una lugar cerca de la ventana.

Se fue sintiendo incomoda, no le quitaban la mirada y la veían raro.

—¿Acaso se les perdió algo? —los miró mal. No le gustaba que se le queden viendo de esa manera. Todos apartaron la vista al instante.

Un profesor llegó saludando a todos.

—Chicos, desde hoy tendrán una nueva compañera. —señaló q Jossi, ella hizo una mueca— Ella es Josephine Morgan. —todos comenzaron a murmurar de inmediato— Josephine, ¿quieres decir algo?

—No.

El profesor asintió suspirando. Ya se estaba preparando mentalmente para tener una Morgan en su clase.

Una hora y media después Jossi tenía que ir a una clase de defensa, estaba nerviosa, nunca había peleado. Lo único que sabía era arco y flecha. ¿Pelear? Jamás.

Llegó a la sala de entrenamiento, ya habían varios ahí. Se fue a sentar recostada de la pared alejada de todos esperando a su profesor, tomó un libro que había traído. Sus compañeros no le quitaban la mirada de encima, ya todos sabían que la hija de Alex Morgan estaba estudiando en la academia.

Le gustaba la atención, pero tampoco tanta.

Unas chicas se le acercaron con una extraña sonrisa que la hizo fruncir el ceño.

—Hola. —dijo una de ellas— ¿Eres Josephine, verdad?

—Ajá...

—¿Es cierto que eres la hija del ministro Morgan?

—Ajá... —las miró raro.

Las tres chicas se miraron sonriendo.

—¿Nos podemos sentar contigo?

Josephine las miró con una sonrisa y...

—No.

Se volteó ignorando las malas miradas que le dieron.

El profesor llegó, igual que como pasó en la clase anterior presentó a Jossi ante todos.

—Morgan, estarás observando sólo por hoy para que veas como se hacen las cosas, pero de mañana en adelante estarás en el centro como todos. —le informó a lo que ella asintió.

Jossi vio como poco a poco el profesor iba mandando en parejas a sus compañeros, debían pararse en el centro y comenzar a luchar sin salirse de un círculo rojo dibujado.

Analizó a todos, si mañana iba a estar en ese lugar, debía saber los movimientos que más repetían y en que momento los usaban para no salir lastimada.

Al final, en el centro estaban una de las chicas que se le había acercado y otra que parecía demasiado nerviosa.

Comenzaron a luchar, la primera parecía divertirse al ver que la otra no lograba esquivar sus movimientos agresivos. Lo hacía a propósito. Josephine apretó los puños por eso.

Miró al profesor, pero este estaba ignorando lo que sucedía.

La chica cayó fuera del círculo por una patada en el pecho, la otro sonrió engreída.

Ya veremos quien sonríe mañana, tonta. Pensó Jossi.

Al llegar la hora del almuerzo todos recogieron sus cosas. La niña salió al pasillo para dirigirse a la cafetería, ya sabía dónde estaba.

—Hola. —se acercó a la chica tímida de la clase. Ella miró hacia atrás y hacía los lados pensando que le hablaba a otra persona— Te hablo a ti.

—Eh... hola... —su voz salió baja.

—Oye, no conozco el camino. ¿Me puedes llevar hacia la cafetería? —mintió.

La otra chica no se creía que alguien le estaba hablando, para lo único que se le acercaban era para molestarla.

—Claro... voy para allá...

Jossi le sonrió y caminaron juntas. Josephine le comenzó a hablar durante el camino, se llamaba Megan, era de aquí de Londres, su padre era un sargento y su madre trabajaba de secretaria de una empresa.

Se sentaron juntas a comer, Megan ya no se veía tan nerviosa, pero lo seguía estando. No era normal que alguien como Josephine se le acercara de buena forma.

Pero no lo pudo seguir pensando cuando sintió algo frío recorriendo su espalda. Las chicas de antes estaban riendo en la mesa de atrás.

Jossi frunció el ceño y apretó los puños otra vez cuando Megan no hizo nada, así que ella se puso de pie con su botella de agua en la mano.

La abrió parándose al lado de la otra chica y se la echó en la cabeza.

—¿¡Qué te pasa, loca!? —se puso de pie mirándola furiosa. Jossi se cruzó de brazos sonriendo con una ceja alzada.

—¿No te gustó? —habló con burla antes de poner una cara seria— Pues creo que a Megan tampoco le gusta que le lances refresco y te burles de ella.

—¿Y tú quien te crees? ¿Su defensora? —dijo otra chica.

—Pues si lo tengo que hacer para que no se metan con ella, sí. —dio un paso al frente.

—¡Mi padre sabra de esto! —dijo la que estaba mojada arreglándose el cabello molesta.

—No creo que tu padre sea más importante que el mío, o que mi hermano. —volvió a sonreír— Yo puedo ir a donde ellos para decirles que estás molestando a mi amiga y a mí, veremos quien acaba mal de las dos.

Todos estaban pendientes a ellas dos.

—Ve. —señaló la puerta de la cafetería— Dile a tu padre a ver qué me puede hacer. —la chica apretó los labios con fuerza.

Josephine se volteó tomando la mano de Megan y sus cosas, llevándola hasta un baño que había cerca. Abrió su bolso y sacó un cambio de uniforme.

—Ten. —se lo pasó— Creo que eres de mi talla.

—Gracias... ¿pero por qué haces esto? No me conoces.

—No lo sé, me agradas. —se encogió de hombros— Tú estás sola, yo estoy sola en medio de estas personas que no tienen nada de clase, ¿por qué mejor no estar justas ahora? —sonrió enseñando los dientes.

Megan se cambió el uniforme por el que le había dado Josephine, su nana le había dicho que llevara uno por si acaso.

—¿Qué clase tienes ahora?

—Idiomas, ¿y tú? —le contestó Megan.

—¡Igual! —la campana sonó— ¡Vamos! No quiero sentarme atrás.

Y ese fue el inicio de una amistad...

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• A Elisabeth no le gustaba que se metieran ni se burlaran de las personas que sabían que no les iban a responder, Jossi sacó eso de ella.

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