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Mi abuelo tomó mi brazo con fuerza, sacando un arma y colocándomelo en la cabeza.

—Camina. —ordenó.

Yo no quiero morir, no aún. Estoy muy joven para esto, mis hermanos me necesitan, todavía no le he dicho a mi novia que la quiero mucho, tengo que conocer a mi nuevo hermanito, mamá cree que no lo sé, pero encontré los papeles que decían positivó hace unos días.

Me arrastró con brusquedad hasta que entramos a su oficina, un hombre movió el librero hacia la izquierda, dejando ver una entrada.

Esto parece una película de misterio.

Una explosión se escuchó, al igual que muchos disparos. Sonreí.

—Yo les dije que mi papi vendría por mí, pero no quisieron escuchar... ¡Auch! —me quejé cuando me golpearon.

—¡Ya cállate, maldita bastarda!

—Bastarda tu abuela...

Fui empujada para entrar en ese lugar. Intentaba zafarme del agarre pero no me dejaban, me sostenían con más fuerza. Parte de esta hermosa familia iba con nosotros, espero que los que no están es porque murieron.

Estuvimos un tiempo caminando. Me dolían los pies y los brazos. Entramos a una especie de cueva, y luego salimos a un bosque.

—Señor, hay soldados por todos lados, no tenemos vehículos. —avisó un hombre.

El viejo me empujó hacia un lado para comenzar a hablar con los hombres.

—Entonces tú ibas a ser mi padrastro. —le dije al hombre con el que me comprometieron.

Está... curioso.

—No es por nada, pero mi papá es más guapo. Por razón mi mamá prefirió escapar.

—Mejor cierra la boca, niña, a menos que quieras una bala en la cabeza. —amenazó.

—Me da igual. —me encogí de hombros— Ustedes pierden de todas formas. Mi papá y mi mamá los matarán por haberme secuestrado, y si me matan, como quiera ellos los torturaran por haberme asesinado. —sonreí.

Ellos se miraron.

—Y ni crean que dejándome viva los dejarán tranquilos, mi papá es muy rencoroso, aún está enojado porque mi hermanita, mi tía y yo robamos su tarjeta hace dos años, y hace unas cuantas semanas también.

—¿Alguien puede callarla? —se quejó mi primo.

Bueno, es primo de mi mamá, pero también sería mi primo, sólo es cinco años mayor que yo. Quizás le diga a papá que sólo lo encierre porque me cae a veces bien. A la rubia oxigenada no, ella no me agrada.

—Salgamos de aquí antes de que alguien venga.

Amarraron mis manos detrás de mi espalda y me hicieron caminar otra vez.

Miré hacia los lados y atrás de mi, mi abuela no estaba. ¿La habrán dejado? Ah, que lindo marido tiene.

Mientras caminábamos más y más, podía escuchar el ruido de las olas. Estábamos llegando a la costa. Nos alejamos de los árboles así que el sol se puso intenso.

S E C R E T O S |Fanfic Pecados Placenteros|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora