S E C R E T O S |Fanfic Pecados Placenteros|

16

Cinco años después...

Josephine Morgan James

Odio los lunes.

En serio los odio demasiado.

Mi despertador sonó hace diez minutos, pero sigo sentada en mi cama mirando a una pared.

No quiero ir a la academia, estoy demasiado cansada como para tener que aguantar a unir imbeciles que no me agradan.

—¡Josephine! —escuché cómo mamá me llamaba— ¡Deja de mirar la pared y vete a bañar!

No entiendo como es que sabe siempre lo que hago aunque no me esté viendo.

Rodé los ojos poniéndome de pie para ir al baño. Puse el agua caliente y mientras cambiaba me cepillé los dientes. Me hice un moño alto para no mojarlo.

Al terminar tomé mi uniforme, me lo coloqué, también los zapatos. Hice un moño alto como hace un rato, mejor peinado y con fijador para que mi fleco no se saliera, en la academia no me gustaba que el cabello me estorbara.

Tomé mis cosas para dejarlas en la sala mientras desayunaba. Bajé.

Mamá y papá ya estaban sentados en la mesa junto con mis hermanos mellizos de cinco años, Milenka y Owen, y mi hermanita de solo un año, Diana.

Les revolqué el cabello a los mellizos, me encantaba molestarlos, especialmente a Milenka. Se enoja muy fácilmente. Apreté las gorditas mejillas de Didi, como le decía de cariño.

—Ash, no hagas eso, Josephine. —como dije, Mile se enoja fácil— Papá, dile que no haga eso.

Reí mirando a mi papá, quien negaba. Me incliné para darle un beso en la mejilla, al igual que a mamá.

—No te enojes, enana. Te ves fea así.

—¡Mamá! —se volvió a quejar.

—Jossi, ya deja a tu hermana. —me regañó, aunque intentaba no reír— Pero tampoco te enojes por todo, cielo.

Mi hermanita me sacó la lengua, a lo que hice lo mismo.

Me senté en mi silla y Miranda sirvió mi desayuno. Mientras comía hablaba con mis padres sobre el próximo viaje que haríamos. Creo que iba ser a Nueva York, eso querían los mellizos.

Vi la hora en mi celular, ya iba tarde. Tomé mi jugo rápido y me levanté.

—Me tengo que ir. —me despedí de los cuatro— ¡Los veo en la cena!

—¿Tienes práctica hoy? —preguntó papá. Asentí— Te iré a buscar.

—De acuerdo, papi. ¡Adiós!

Agarré mi mochila y corrí hacia fuera de la mansión. Matt, mi escolta de siempre, me esperaba. Lo saludé cuando abrió la puerta trasera. Entré y me coloqué mis audífonos para el camino.

No pasó mucho tiempo cuando ya me encontraba en la academia.

—Te veré en la tarde, Josephine. —dijo Matt.

—Sé puntual. —le advertí divertida caminando hacia atrás— No me hagas esperar como el viernes pasado.

—Ya me disculpé, y solo fueron dos minutos de retraso.

—Lo que sea. —reí.

Esquivé a todos los adolescentes que iban de aquí para allá, busqué a mi mejor amiga, se supone que esté cerca. Siempre nos esperamos en el mismo lugar.

—¡Jossi! —Megan se subió a mi espalda riendo.

Ya no era la misma chica que conocí, tímida y que temblaba como chihuahua. Ahora era muy social, valiente y bastante atrevida cuando de chicos se trataba.