S E C R E T O S |Fanfic Pecados Placenteros|

23

Josephine

Mamá vendó mis manos luego de echarles crema para que las heridas no se infectaran.

—Ya habíamos hablado de esto, preciosa.

—Lo siento, no me di cuenta que me las hice.

Le había prometido no volver a herirme la palma de las manos con mis uñas, sólo ocurría cuando me sentía muy mal, nunca me daba cuenta que me lastimaba.

—Está bien, ya está. —terminó. Me miró por unos segundos acariciando mi mejilla— ¿Estás bien? ¿Necesitas algo?

—Ya estoy bien, mamá. —sonreí— No te preocupes.

Asintió lentamente no convencida.

—De acuerdo, llamaré a tu padre y veré que traiga algo de comer cuando termine. —se levantó— Las veo luego, niñas.

Mamá salió de la habitación dejándonos a Jade y a mí solas. Miré a mi amiga quien estaba a mi lado en la cama.

—Siento que tienes un Te lo dije atorado en la garganta.

Me volteó a ver con el ceño fruncido.

—No te diré eso, Josephine.

—Pero lo pensaste. —negó— Siempre me dijiste que no confiara en él.

—Pues sí, pero...

—Y me dijiste que lo terminara...

—Megan también lo hizo.

—Cinco veces.

Sonreí por la expresión en su rostro. Sentía que me quería decir algo, pero no lo hacía.

—Él no era para ti Jos. —murmuró— Y sí, quería que terminaran, pero no por algo así.

—Lo sé.

—¿Cómo te sientes? —me miró preocupada.

Suspiré e hice una mueca.

—Sólo estaba asustada, no logró hacerme nada. —me encogí de hombros— Aunque quiero que page por lo que estuvo apunto de hacerme.

—Tus padres se encargaran de eso, supongo.

Asentí. Papá y mamá siempre han sido muy sobre protectores con nosotros, especialmente papá. Aunque mamá siempre saca las garras si alguien trata mal a alguno de nosotros. Hace unos meses casi pelea con una mamá de un compañero de Owen y Milenka.

Jade se quedó conmigo hasta que sus padres la llamaron. Tenía que ir a su casa, pero dijo que vendrá junto con Megan en la noche.

Me fui a bañar para cambiarme de ropa. Cuando estuve lista salí de mi habitación, fui a la sala al escuchar la voz de mis hermanos. Sonreí cuando los vi, Milenka y Owen corrían y saltaban por los muebles, si mamá los veía los regañaría por eso.

Diana estaba intentando ponerse de pie aguantándose del brazo del sofá.

—Oigan, cuidado con Diana. —les dije cuando estuvieron apunto de tumbarla.

Los tres me miraron, algo que me hizo reí por la forma en la que lo hicieron.

—¡Jossi!

Me agaché cuando los mellizos corrieron hacia donde mí. Los abracé y besé sus mejillas. Estiré los brazos para que Didi caminara hacia donde mí. La tomé en cuanto llegó.

—Pensé que estaban con la abuela. —les dije.

—Sip, pero ya llegamos. —dijo Milenka con obviedad— La abuela Sara está hablando con mamá en la cocina.