Salí del baño con los nervios de punta e inquieta por la pequeña interacción que habíamos tenido con la Rafaela. ¿Por qué chucha me decía esa hueá? Si ni siquiera estaba jugando a dos bandas, el Cristóbal era mi mejor amigo y pese a que yo sabía lo que él sentía por mí, no quería perderlo, y sabía que quizás era algo sumamente egoísta de mi parte, pero quería conservar la amistad que teníamos y me daba miedo que las cosas se tornaran incómodas y nos alejáramos, porque lo quería, y aunque me sentí confundida en algún momento, siempre fue por el pavor que me daba que se alejara, que las cosas cambiaran y ya no hubiese un punto de retorno.
No quería perder nuestra amistad.
El Cristóbal dejó de ver por la baranda y se volteó al sentir mis pasos, recibiéndome con una sonrisa de oreja a oreja, tan dulce que incluso sentí mi corazón encogerse de la pena.
"Pero los dos de allá afuera están confundidos y tenís que ser clara con el Cristóbal de una, porque claro está que estai loca por el Alex"
Las palabras de la Rafaela resonaron en mi mente y cerré mis ojos automáticamente con intenciones de ahuyentar aquello, sin embargo, sabía muy en el fondo, que debía decirle al Cristóbal lo que estaba pasando realmente, precisamente para que no se mezclaran las cosas, y también porque nadie merecía salir lastimado de esto, incluso si eso nos costaba nuestra amistad.
Busqué al Alex con la mirada y noté que se había marchado, el Fabián no me quiso dar muchos detalles cuando me entregó el paquete de papas fritas, pero sabía que algo había ocurrido.
—¿Pasa algo?—Preguntó ladeando su cabeza claramente preocupado. Jugué con las mangas de mi polerón nerviosa y asentí lentamente.
—¿Podemos ir a un lugar más piola? Quiero decirte algo—Decidí ser directa y apenas notó la seriedad de mi rostro, ni chistó y caminamos hacia el lugar más cercano que nos pudiera brindar silencio y tranquilidad para hablar de un tema tan delicado como el que tenía en mente.
Jamás había sido mi intención ilusionarlo, al contrario, sólo quería volver a sentir al Cristóbal de antes, al que era mi amigo, yo...
No es justo para él
Y lo sabes
Logré entender que mi confusión se iniciaba porque no quería perder mi amistad con el Cristóbal, y sabía que estaba siendo injusta y actuaba en base al miedo, sin embargo, aunque me costara entenderlo, muchas veces en la vida debíamos renunciar a cosas, situaciones o personas que queríamos por situaciones que se escapan de nuestro control.
Cómo detestaba eso
—¿Te parece aquí?—Indagó apenas llegamos tras el gimnasio, estaba completamente desierto, por lo que me venía como anillo al dedo.
—Sí...
—¿Entonces? Dime—Se relamió los labios y me quedó viendo expectante. ¿Por qué tuvimos que llegar a esto? ¿Por qué las cosas ya no pueden ser como antes?
Las palpitaciones de mi corazón me desconcentraban de lo nerviosa que estaba, y noté que mis manos comenzaron a sudar, por lo que ya no podía seguir prolongando lo que debía decir.
—Bueno yo...—Me rasqué la nuca, ¡de los puros nervios me estaba empezando a picar el cuerpo!—, respecto a lo de la completada.
—¿Tu pololeo falso con el Alex?
Negué—No, eso no—Dije en un susurro—, me refiero a lo último que me dijiste.
Se quedó por un rato dudoso y en silencio, tratando de recordar a qué específicamente me refería; se demoró unos segundos en encontrar la respuesta.
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Polola falsa (editando)
Teen FictionCuando el mino que le gusta a la Martina le pide que sea su polola falsa.