¿El Alex había besado a la Rafaela?
De sólo pensarlo el corazón se me partía en dos.
Tomé un poco de aire, tratando de controlar los latidos fuertes de mi pecho.
Una botella de agua apareció en mi campo de visión y alcé la vista, notando el rostro del Cristóbal aún inquieto debido a mi estado.
—¿Te sientes mejor?—Se agachó para quedar a mi altura, ya que estaba sentada en una pequeña banca que estaba en la pasada del lugar.
—Sí, un poco—Tomé la botella que me ofrecía con cuidado.
Ladeó la cabeza con duda—¿Puedo saber qué pasó ahí adentro?—Apuntó hacia la casa de los espejos.
Me quedé con la vista fija en mis zapatillas, sin saber muy bien si quería explicar o no la situación, la verdad no quería ondear en detalles ni mucho menos recordar la decepción y desesperación que sentí en aquel instante.
Me encogí un poco, empuñando mi puño sobre mi falda de mezclilla.
Acarició mi pelo—Está bien, ya pasó—Susurró tratando de calmarme.
Bebí un poco de agua y agradecí internamente por haberme encontrado al Cristóbal, hasta el momento había manejado bien la situación y su tacto había logrado tranquilizarme. Tenía un corazón que valía oro, después de todo el daño...
Su mirada se desvió hacia la salida de la casa de espejos y me tensé altoque.
Era la Rafaela, sin embargo pasó de nosotros.
El Cristóbal notó aquello y me miró con sospecha.
—¿Pasó algo entre ustedes?
Me quedé callada.
Sentí mis ojos aguarse.
¿De verdad había pasado algo entre ellos dos?
—¿Y los demás?—Decidí cambiar de tema, haciéndome la tonta. Entendió al instante porque no dijo nada más referente a la Rafaela.
—Nos perdimos, antes de salir de los espejos perdí de vista al Benja y a la Ale—Me contó rascándose la cabeza, luego se enderezó y posicionó su mano derecha dentro del bolsillo de su buzo negro ancho.
—Gracias por ayudarme.
—No tenís que agradecerme, por suerte estuve ahí. ¿segura que no necesitai nada más?
Negué.
—Ya me siento mejor.
Sentí sus ojos fijos en mí y me puse nerviosa por lo mismo, el Cristóbal me conocía de años, era casi imposible hacerlo hueón, y siento que se estaba conteniendo para no interceder en lo que me estaba pasando en ese momento.
—Si la Rafaela te dijo algo no le hagai caso—Habló de la nada.
Apreté aún mas fuerte la botella que sostenía entre mis manos al oírlo.
Le había dado en el clavo.
—Está celosa porque estás con el Alex, pero estoy seguro de que se le terminará pasando. Son pataletas nomás, y habla tonteras por lo mismo. No vale la pena que te sientas mal por las hueás que dice—Me dedicó una pequeña sonrisa y mi corazón se calmó ante sus palabras—, es cosa de tiempo, no pesquís —Sus ojos se achicaron debido a su sonrisa y una margarita apareció en su mejilla derecha.
—¿Por qué me ayudai?—Decidí preguntar. La pregunta lo descolocó, lo noté—. Después de todo yo...
—Siempre serás mi mejor amiga—Me interrumpió de la nada, dejándome absorta—. Independiente de lo que pasó, jamás te dejaría sola. No podría.
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Polola falsa (editando)
Teen FictionCuando el mino que le gusta a la Martina le pide que sea su polola falsa.