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La Ale se me quedó viendo sin saber muy bien qué decir

—¿Vai hablar con él? —Preguntó después de un rato, rompiendo el silencio que se había formado.

Ni yo sabía qué hacer.

Después de todo habíamos dejado el pololeo falso y precisamente nunca aclaramos nada. Pero aún así la espina que se atravesaba en mi pecho cada vez que pensaba en la Rafaela me ponía de mal humor.

No me gustaba que me afectara tanto, porque precisamente eso era lo que ella buscaba.

—No—Respondí media perdida, pero después la pensé mejor—, o sea, no sé.

La Ale ladeó la cabeza y se pensó bien lo que iba a preguntar.

—Igual está durmiendo, ni cuenta se debió haber dado del vídeo —Intercedió por él.

Balbucee antes de pensar en una posible respuesta cuando sentimos que tocaban el timbre.

Gracias a Dios.

Salvada por la campana.

—Bueno chicos, se acabó el tiempo, ¡entreguen sus avances! —Dijo la profe mientras levantaba sus manos y hacia un ademán para que nos acercáramos con nuestros trabajos.

El tema con el Alex podía esperar, después de todo tarde o temprano lo hablaríamos, porque ni cagando dejaba las cosas así. Me gustaba hablar las cosas cuando algo me molestaba o no me calzaba y esta no sería una excepción.

No entendía a la Rafaela además, la otra vez dándome lecciones de moralidad, y ni ella se las creía.

Sentí unos brazos arroparme—No le hagai caso a la Rafa, precisamente ella busca que te pongai así—Susurró aconsejándome.

Me sonrojé por lo obvia que estaba siendo, quedándome anonadada.

Luego asentí y una sonrisita se formó en mis labios, era tan tierna la alecita.

—Gracias, Alecita—Nuestras cabezas chocaron levemente.

Posteriormente nos levantamos y fuimos a entregar nuestro trabajo, la profe quedó encantada y luego nos dijo que nos fuéramos nomás a recreo, sin embargo yo no tenía ganas de salir, además que tampoco quería encontrarme al Alex, primero quería ordenar un poco mis ideas y sentimientos para así calmarme.

Lo que decía la Ale era cierto después de todo.

Me fui a sentar y la Ale volvió a preguntarle a la profe algo referente a la nota, no había cachado muy bien. La Belén por su parte, llegó a los pocos minutos, metida en su celu y comiéndose un paquete de papas fritas.

Parpadeo unos segundos al notar mi presencia y al minuto puso su cara frente a la mía con curiosidad.

—¿Por qué esa cara? —Preguntó echándose hartas papas a la boca—. Estai como yo cuando se comen mi comida.

Me crucé de brazos y la miré con ironía.

—Tu hermano.

—¿Qué te hizo ese culiao?

Dejó el paquete de papas a un lado y su celu también, dándome toda su atención.

—Nos comimos—Admití avergonzada, mordiendo mi mejilla por dentro.

—¿Me estai huebiando? —Abrió sus ojos exageradamente y llegué a pensar que se le iban a salir, posteriormente se llevó las manos a su boca y después comenzó a gritar dando pequeños saltitos. Me sobresalté y todos los que estaban en la sala y escucharon nos quedaron mirando raro—. ¡MARLEX CONCHETUMARE!

Polola falsa (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora