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—El tio de cera perdió la cabeza y depende de nosotros encontrarla.— hablaba Dipper mientras Mabel sacaba fotos al cuerpo. Stormy estaba mirando algo aburrida.— Habían muchos clientes molestos en la inauguración, el asesino pudo ser cualquiera.
—Si, ¡hasta nosotros!— exclamó Mabel.
—En este pueblo todo es posible.— sacó el diario.— Espíritus, zombies...
—Ugh, pueden pasar meses hasta encontrar un indicio.— interrumpió Stormy cruzándose de brazos.
—¡Miren, un indicio!— señaló Mabel y la pelirroja abrió sus ojos como platos. Bajaron la mirada encontrándose huellas de zapatos con un agujero en una de ellas.
—¿Pisadas en la alfombra?— dudó Stormy. Buscó más hasta encontrar un hacha.— Y un hacha.— se acercó a ella y la agarró.
—Hay que ir con Soos, el tendrá las respuestas a todo.— dijo Dipper y caminaron hacia el grandote. Al encontrarlo le entregaron el hacha y esperaron su veredicto.— ¿Tú que dices?
—En mi opinión... es un hacha.— determinó.
—Un momento... ¡el leñador!— adivinó Mabel y la miraron.
—¡Claro que si! Se puso furioso cuando no le dimos pizza.
—Furioso y con ganas de vengarse.
—¡Oh! ¿Hablan del Varonil Dan? Si, siempre está en un bar que es para mayores de edad, deben hacer documentos falsos para pasar.
—Ahí es adónde iremos.— dijo Mabel.
—Es grandioso. Me hacen acordar a una película... los llamaré "trio de oro".— sonrió Soos.
—No nos llames así.— negó seriamente Stormy.
Mabel hizo documentos falsos muy poco creíbles para Stormy y Dipper. Ella decidió quedarse para buscar más evidencias que podrían ayudar al caso, por lo que la pelirroja y el pelinegro salieron de la cabaña con el hacha en la mochila de Pines. Se detuvieron al ver al Tio Stan afuera del auto bajando un ataúd.
—¡Hey! ¿Me podrían ayudar? Planeo hacer un funeral un poco formal para Stan de cera.— dijo Stan.
—Mabel está adentro, ella podría ayudarte.— contó Stormy.
—Y además, ya tenemos novedades en el caso. Vamos al pueblo de inmediato a interrogar al criminal. Tenemos su hacha.— habló Dipper.
—Ja, parece algo que un padre responsable no querría que hicieran... ¡pero yo no soy su padre!— puso su pie arriba del ataúd y formó un puño con su mano alzandolo para arriba.— ¡Venguenme, chicos, venguenme!
Los dos se miraron y después se despidieron. Stormy caminaba al lado del chico con cierta despreocupación, en cambio Dipper estaba muy entusiasmado ya que era su primer caso.
