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Caminaron por las calles de Gravity Falls viendo a cada niño pedir dulce o truco. Dipper estaba serio, Eddie algo incómodo porque tenía que pedir dulces teniendo dieciocho años, Mabel entusiasmada con sus amigas, Soos reía por los disfraces y Stormy estaba en alerta por si aparecía de nuevo ese monstruo.
—No entiendo porque no podemos comprar dulces y listo.— habló Eddie y Dipper asintió con la cabeza de acuerdo.
—¿Y dónde estaría la gracia del dulce o truco?— lo miró Stormy.— Quizá ese monstruo quiere que pidamos y listo, no quiere que hagamos trampa.
Rápidamente la pelirroja se puso al lado de Dipper y fueron hacia la casa de Linda Susan.
—¡Dulce o truco!— exclamaron menos Eddie y Dipper.
—¿Y todos están disfrazados? Una deshonilladora.— se refería a Grenda.— Un hombre elefante.— señaló a Soos.— Un limpiavidrios.— ahora a Candy.— Una secadora.— era a Mabel ya que tenía el cabello enmarañado como Hermione de niña.— Un gato.— a Eddie.— Un sillón rojo.— apuntó a Stormy que frunció el ceño confundida.— Y un vidrio.— terminó con Dipper.
—No tenemos mucho tiempo, ¿sabe?— dijo de mala gana y Linda Susan borró su sonrisa.
—Oh, ya veo.— agarró caramelos y le dió uno a cada bolsa. Miraron preocupados y vieron como la señora entraba y cerraba la puerta. Salieron de allí.
—¿Un trozo de goma dulce?— bufó Grenda.
—Un solo maní, esto es feo y barato.— se asqueó Candy.
—¿Solo siete dulces? ¡No vamos a terminar nunca!— exclamó Dipper.
—¡Bueno, es momento de poner mejor cara entonces! Dipper debes poner más ganas para que nos den mas dulces.— lo regañó su hermana.
—¿Por qué no mejor hacemos lo que dijo Eddie?— lo señaló.
—¿Qué cosa?— la voz del monstruo apareció y se dieron vuelta rápidamente viéndolo arriba del poste de luz. Se dirigió hacia arriba de Soos quien estaba sudando del miedo y agarró el único caramelo que estaba en la bolsa.— No es suficiente.— se fue y subió arriba del tejado de una casa agarrando la sandia, sopló el pequeño fuego apagandolo al instante.— Tic tac.
Desapareció.
—Es mejor que lo hagamos rápido entonces.— dijo Eddie asustado.
Dipper bufó y todos empezaron a ir a por los dulces. Y resultó ser un éxito gracias a los gemelos por ir a juego y lo hicieron con muchas ganas.
Fueron a reunirse en el medio de la calle y Stormy tiró los dulces que había conseguido con Eddie al carrito entonces Mabel comenzó a contarlos.
