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Stormy estaba escuchando la pequeña discusión que tenían los hermanos con respecto a ser capitán. Le restó importancia, menos a las cantidades de cámaras que habían para captar al monstruo. Si bien sabía que Gravity Falls era un pueblo lleno de misterios, esta vez no creía mucho en este ser llamado gobblewonker. No le creía mucho al anciano delirante.
Se encontraba al frente observando el agua tranquila. Extrañaba utilizar sus poderes, pero no los hacía aparecer cuando estaba alguien que no confiaba. Solo los usaba cuando estaba con los gemelos pero con Soos no. Escuchó pasos y volteó encontrándose con el pelinegro.
-Hola.- saludó.- Al final nos pusimos de acuerdo, yo soy el capitán y Mabel es la co-capitana aunque no exista.
-Que bien, ya me molestaban sus voces.- suspiró. Pines se dió vuelta para ver si Soos estaba jugando y si, lo estaba haciendo, nada mas ni nada menos con Mabel. Se acercó a la pelirroja poniéndose nervioso, más que nada por la reacción, si bien ya se había ganado su confianza, nunca la había visto enojada.
-Oye, quiero preguntarte sobre tus habilidades.- murmuró.- ¿Sabes utilizarlos cuando te enojas?
Stormy lo miró.
-Pues, si. En mi mundo no me hicieron enojar tanto, cuando lo hago puede que lastime pero puedo recapacitar. Aunque, bueno... nunca comprobé como sería si me lastimaran. No hablo de lo físico, hablo sentimentalmente.
-Eso es bueno, hablo del enojo. Ya veo que hago algo que te enoje y me mates.- rió un poco y la pelirroja negó con la cabeza.
-Como ya te lo dije antes, Dipper. Vine aquí a proteger a la persona que me invoca, no llegaré a lastimarte.- lo calmó y el pelinegro sonrió. La chica volvió a mirar al frente notando la neblina mientras que Dipper se dedicó a mirarla.
Le fascinaba la chica, amaba los poderes que tenía. Y le encantaba que tuviera a alguien que lo podía proteger de cualquier cosa. Aunque también le daba curiosidad el miedo de ser descubierta. ¡Ella era la mujer más poderosa de Gravity Falls! No le podía tener miedo a unos simples agentes con armas.
-¡Hey! ¿Cómo va todo?- apareció Mabel. Dipper rápidamente desvió su mirada para al frente y entrecerrar sus ojos por la niebla para probar si veía algo. Al lado de la chica había un pelícano.- ¡Pues fabuloso! ¡Blah blah!- puso una voz grave abriendo la boca del animal como si él hablara.
-Mabel, deja a esa cosa en paz.- ordenó Dipper.
-Ah, no me molesta amigo.- volvió a hacerlo y carraspeó la garganta para volver a hablar normal.- Hey, miren, estoy tomando agua.- empezó a tomar agua mientras hablaba y se ahogó por lo que comenzó a toser.
-¿Tú no deberías estar cuidando?- le recordó.
-¡Cuidado!- le tiró una pelota y el gemelo se quejó. Mabel rió.- Tranquilo, me ocupo.
