2T. 𝔠𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 𝔰𝔦𝔢𝔱𝔢

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Si había algo que destacar de lo que estaba pasando con Dipper y Stormy, era que ambos sin darse cuenta se alejaban de a poco

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Si había algo que destacar de lo que estaba pasando con Dipper y Stormy, era que ambos sin darse cuenta se alejaban de a poco.

Dipper hablaba cada día más con Pacifica gracias a Stormy la cual estaba mucho más tiempo con Eddie. Oh, y claro que los dos tenían sus peleas que se excusaban por su amistad. Si, unos idiotas.

—¿Qué rayos te molesta si voy con Eddie hoy, Dipper?— se molestó Stormy.

—No digo que me molesta, solo digo que hoy iremos a apoyar a Mabel en el minigolf y que tu, que seas su mejor amiga, no vayas es algo malo.— argumentó y Stormy bufó. Lo miró enojada.

—Oh, mira quien habla. Habla el chico que charla con la enemiga de tu hermana.— contraatacó.

—Claro, ahora metes eso. ¿Sabes qué? Haz lo que quieras, Stormy. Ve con tu novio.

—No es mi novio.— negó.

—Aún.— agregó Mabel quien bajaba las escaleras.— Dejen de discutir, pareciera que están celosos de que el otro esté interesado en alguien.

—¿Celosos?— ambos se sonrojaron.

—¡Por Dios, no! Y no estoy interesado en Pacifica.

—Seguro...— rodeó los ojos Stormy.— Será mejor que me vaya, adiós y suerte, Mabel.

—¡Gracias!— exclamó y Stormy se fue a la casa de Eddie.

Al llegar tocó el timbre y la puerta se abrió. Ahí estaba Eddie con una sonrisa.

—Hola, Stormy.— le dió un beso en la mejilla y la chica sonrió.

—Hola Eddie.— devolvió el saludo y entró. Los dos fueron a sentarse en la mesa.

A medida que pasaban los días en las que Stormy estaba con Eddie, se pudo dar cuenta que si era divertido estar con el. Y la última cita la convenció de intentar tener algo con Eddie o eso esperaba.

Los dos comenzaron a charlar de todo. Stormy le contó que Dipper y Mabel fueron al parque de minigolf, y Eddie le contó sobre lo que hizo en estos días. Cuando ya hablaron lo suficiente, fueron al sofá a ver la televisión, encontrándose con un canal que daban telenovelas.

Observaban con algo de risa las escenas. Aunque en algunas ocasiones se podía sentir la tensión entre los dos. Tanto que Eddie acercó su mano a la de Stormy la cual estaba apoyada en el sofá. La tomó y acarició con su dedo pulgar

Stormy las miró y sonrió un poco, con un leve sonrojo que decoraba sus mejillas. Después alzó su mirada y se encontró con los ojos de Eddie. El castaño se acercó y le dió un beso en los labios.

La pelirroja al sentirlos cerró sus ojos, correspondiendo al instante. Eddie sonrió al tener una buena respuesta a lo que él quería hacer hace mucho tiempo. La mano de Stormy fue hacia nuca del chico, acariciando algunos rulos, mientras que Eddie se acercaba más al cuerpo de la adolescente, girando un poco la cabeza para que sea más apasionado.

Stormy abrió sus ojos solo por inercia y Eddie se separó por el aire. La pelirroja gritó al ver a Dipper frente suya y se alejó.

—¡Stormy! ¿Qué pasó? ¿Hice algo mal?— sacudió su cabeza y ahora estaba Eddie.

—¡No! No... solo que... ahm, tuve una pesadilla y me acordé de eso.— mintió. Por dentro se maldijo a ella misma, ya que no era creíble.

—Oh, bueno... pero... ¿te gustó el beso?— preguntó avergonzado.

—Si, Eddie.— rió un poco y apoyó su cabeza en su pecho, sintiendo el brazo del chico alrededor de sus hombros.

Eddie sonrió de todos modos, había besado a la chica que le gustaba, y al parecer ésta le correspondía los sentimientos.













[...]













Ya Stormy estaba en el auto con Stan, ambos estaban yendo a buscar a Dipper y Mabel al parque de minigolf.

—¿Crees que Mabel ganó?— preguntó Stan.

—¿De qué hablas?

—¿Los chicos no te lo dijeron?

—Pues estuve todo el día en la casa de Eddie.— respondió Stormy.

—Bueno, fue Pacifica Noroeste al lugar y Mabel la invitó a un duelo entre ellas para ver quien era la mejor. Entonces los trajimos junto a Soos hasta aquí para que practiquen y ahora los pasamos a buscar ya que se supone que ya terminaron de hacer el duelo.— contó.

—Oh... entonces... Pacifica y Dipper se vieron.— dijo.

—Si, ¿algún problema con eso?— lo miró divertido y ella rodeó los ojos.

—No, Stan.— negó y se detuvieron frente a la puerta, la cual estaba destruida gracias a los lápices clavados.

Dipper y Mabel entraron al asiento trasero y observaron a Pacifica.

—Hey, Pacifica, tus padres no están aquí. ¿Quieres que te llevemos?— propuso Dipper.

—Ahm... no lo sé... no subiría a un vehículo donde está esa chica.— atacó y Stormy bufó.

Unos relámpagos sonaron y Pacifica abrió sus ojos como platos. Rápidamente entró poniéndose al lado del pelinegro. Stan arrancó yendo hacia la casa de Pacifica. El anciano cantaba con Mabel, Dipper reía con Pacifica quién estaba horrorizada por la suciedad del auto y Stormy cruzaba sus brazos.

El auto se detuvo.

—Mañana regreso a casa. Me quedaré a dormir con Pacifica.— avisó Dipper.

Mabel, Stormy y Stan abrieron sus bocas sorprendidos.

—...Está bien.— aceptó Stan.

—¡Nos vemos!— Dipper fue arrastrado por Pacifica y entre risas entraron a la gran mansión.

Stormy miró esa escena con cierta... incomodidad, quizá tristeza, u otra cosa que no podía describir o no quería hacerlo. Entonces miró la ventana y Stan arrancó, dejando a la rubia y al pelinegro en la mansión.

Observaba las gotas de lluvia caer y chocar con la ventanilla. Nadie hablaba, parecía que tanto Stan como Mabel sabían lo que estaba sintiendo en estos momentos Stormy que no querían molestarla.

La pelirroja estaba muy confundida con ella misma. Sus sentimientos eran algo extraños, a la vez estaba sintiendo cosas por Eddie, pero por otra, estaba molesta con la relación de Dipper y Pacifica. Será porque la rubia le cae mal y que deseaba que Dipper se consiguiera a otra chica.

O quizá no quería aceptar algo que ya se estaba oliendo a kilómetros pero no quería mencionarlo.



𝗣𝗢𝗪𝗘𝗥 ━━ 𝗱𝗶𝗽𝗽𝗲𝗿 𝗽𝗶𝗻𝗲𝘀 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora