Shi Qing Xuan se quedó en silencio mirando la puerta como si no entendiera de qué hablaba Hua Cheng. ¿Había dicho una misión? ¿Junto con Aguas Negras? ¿Por qué de repente trabajaban juntos oficiales celestiales y Calamidades?
— ¿He Xion? ¿En verdad trabajaremos juntos?
El castaño seguía sin poder creerlo, además no tenía ni un día de haber ascendido y ya le daban una misión tan importante.
— Ya escuchaste al pedazo de mierda ese, nos tocará trabajar juntos, así que es mejor que duermas porque en la mañana saldremos a mi territorio.
Los ojos del Supremo estaban completamente fríos a diferencia de los minutos anteriores, lo que hizo tragar saliva con dificultad al Señor del Viento.
— No soy un dios marcial...
— Y yo no soy la Calamidad con más poder, qué más da. Descansa.
Sin cruzar miradas ni emitir más sonidos, el Supremo salió de la habitación cerrando la puerta detrás de él. Cada vez estaba siendo más complicado tener a su anterior amante cerca, pero sabía que debía continuar adelante, lo tenía que recordar.
Observó el pergamino entre sus manos y quería hacerlo cenizas, pero sería la única cosa que lo mantendría cerca del castaño y no podía desaprovechar esa oportunidad. Abrió el papel para saber de qué se trataba y lo leyó con aburrimiento.
— Demonios medusa... Esto no requiere mi atención... Malditos idiotas...
Arrugó la hoja entre sus manos con un enojo singular, aunque una sonrisa siniestra se dibujaba en su rostro, si terminaban pronto la amenaza, él tendría tiempo con Shi Qing Xuan.
El Señor del Viento se revolvía entre las sábanas de su cama, se había puesto bastante nervioso ante la perspectiva de tener que enfrentarse a algo desconocido para él. Si bien era un dios elemental, sabía que no era bueno en combate, por lo que le preocupaba tener que ir a ese sitio.
— La guarida de He Xion... ¿Alguna vez alguien habrá salido sin perder la vida? Qué extraño... No sé por qué me siento ansioso por ir, quizás es una ridiculez mía.
Lentamente se acurrucó en las cobijas y fue cerrando los ojos lentamente, sentía el sopor del sueño envolverlo.
De repente, abrió sus ojos azules y se vio en un bosque lleno de niebla, no sabía dónde estaba, pero tenía la sensación de haber estado ahí con anterioridad. Caminó por el sitio hasta que sintió que algo humedecía sus zapatos, así que bajó la mirada y se encontró sobre un charco inmenso de sangre escarlata.
Cuando estuvo a punto de gritar horrorizado por lo que veía, escuchó una risa femenina que venía de algún lugar y parecía hablarle directamente al oído.
— Parece que el Señor del Viento sigue peleando por recordar... Ya me entregaste quien eras y tus recuerdos más valiosos, ¿qué tiene él para que vengas a este lugar de nuevo?
La risa burlona de la fémina escondida entre la niebla no se hizo esperar, Shi Qing Xuan cayó de rodillas en ese momento abrazándose a sí mismo mientras el rojo teñía sus ropas.
— He Xion... Ayúdame...
Cuando estaba a punto de perder el conocimiento, vio a una figura envuelta en colores negro y dorado que se acercaba a él. Le gritaba algo, pero no lo escuchaba, se acercó para tenerlo entre sus brazos y sólo escuchó dos palabras en ese abrazo cálido que le regalaba el extraño.
— Te amo.
De golpe se despertó, era un sueño, pero uno tan vívido que le daban escalofríos. Su corazón latía muy rápido e intentaba recordar lo que había pasado, pero la niebla volvió a invadir su mente llevándose el recuerdo. Una vez que olvidó esa angustia, el castaño se reacomodó para tener esta vez un sueño placentero.
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He Xuan X Shi Qing Xuan. El destino que compartimos
FanfictionHe Xuan había consumado su venganza, había tomado la vida de Shi Wudu y dejó en la ruina a Shi Qing Xuan... Sin embargo, una pregunta rondaba en su cabeza lastimeramente: ¿por qué no podía dejar de pensar en aquella cálida sonrisa y los ojos claros...