Capítulo 23... Una promesa que se puede volver frágil como cristal

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La noche había caído, tanto en Ciudad Fantasma como en la Guarida de Aguas Negras, todo parecía tranquilo, pero ambos Supremos estaban agobiados por pensar en qué les esperaba en el Valle del Silencio.

Hua Cheng por su parte, aunque le hacía el amor a Xie Lian, no podía sacarse de la cabeza los recuerdos más dolorosos para ambos, sabía que, si la información que habían leído él y Yin Yu era correcta, podrían encontrarse de frente contra los peores miedos del príncipe, pero también con los de él, que estaban relacionados justo con el dolor interminable de esos años donde descendió de los cielos.

He Xuan, estaba acostado con un niño castaño entre sus brazos, Shi Qing Xuan había insistido por dos horas que quería dormir en la misma cama que él, hasta que tuvo que rendirse ante esas súplicas para que se callara y descansara un poco. El fantasma no necesitaba dormir, así que mientras el otro respiraba tranquilamente sobre su pecho, él miraba el techo pensando qué haría si se hacían verdad las advertencias de Jun Wu.

“Te seré sincero, Aguas Negras, el silencio no es lo peor que hay, además ese lo dominas bastante bien, tanto que fuiste el Señor de la Tierra por décadas sin que nadie sospechara, excepto yo. Pero la verdad es que te enfrentarás a lo que calla tu alma, todos los que vayan lo harán, ¿estás dispuesto a ver lo que silencian las emociones del Señor del Viento? ¿Si aún te guarda rencor por la muerte de su hermano? ¿Si se da cuenta que lo llena de asco que lo mires?"

El fantasma negro se mordió el labio inferior hasta hacerlo enrojecer totalmente, sólo así calmaría sus pensamientos para no dejarse envolver por las palabras del lunático del Monte Tonglu, pero la realidad es que el mismo miedo lo tenía tatuado en su alma. Después de todo, él conocía perfectamente el amor y la admiración que le tenía Shi Qing Xuan a Shi Wudu, era tanto que podía arriesgar su vida por no darle problemas, pero él le había arrancado la cabeza delante de esos bellos ojos celestes.

Suspiró pesadamente, podía soportarlo, lo importante era devolverle la divinidad al castaño para que se alejaran de una vez por todas y no seguir con un juego de amor que no los llevaría a nada. He Xuan pensaba que a él ya nada lo afectaría, había vivido lo peor en vida, nada que le mostraran en la muerte podría tambalearlo.

— He Xion...

Un susurro que salió del castaño lo hizo bajar la mirada hacia el pequeño bulto entre sus brazos, lo abrazó con más fuerza sonriendo al sentir su cuerpo frío debajo de él.

— Estúpido... ¿Por qué me llamas hasta en sueños? — los labios del Supremo besaron la frente de Shi Qing Xuan mientras acariciaba lentamente la piel visible del antiguo dios — me estás volviendo loco...

Tenía que calmarse si quería que todo saliera tal como lo planeaban, por lo que suspiró y decidió dormir junto con el ojiazul para reponer energías y mantener su cabeza serena. Gracias al calor del otro y su aroma a flores silvestres, es que pronto se sumergió en la sensación profunda del sueño.

Justo cuando iniciaba la última mitad de la madrugada, Shi Qing Xuan comenzó a soñar diferente, todas las horas que llevaba dormido había tenido imágenes eróticas de él y He Xuan en diferentes ambientes, pero nunca pensó ver lo que pasaría después...

Los ojos azules penetrantes de Shi Wudu estaban fijos en él, con una expresión seria y con el abanico tapando parte de su rostro, con los brazos cruzados. El castaño estaba feliz por verlo e intentaba abrazarlo, pero no lo alcanzaba, intentaba llamarlo, pero no salían sonidos de su boca, la desesperación comenzó a teñir su corazón.

— Shi Qing Xuan, ¿acaso no recuerdas que ese hombre es quien me asesinó frente a tus ojos y te volvió mortal? — la voz cavernosa de su hermano le erizó la piel al anterior Señor del Viento — ¿cómo te atreves a revolcarte con él y decir que lo amas? ¡Te va a traicionar!

He Xuan X Shi Qing Xuan. El destino que compartimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora