Capítulo 13... El encuentro entre la tierra y el viento

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He Xuan tenía la expresión perdida totalmente, su irritación nunca había llegado a esos límites, ni siquiera Hua Cheng o Qi Rong lo habían enfurecido así.

Sus ojos parecían dos preciosas dagas doradas a punto de apuñalar al dios que estaba enfrente mientras escuchaba una serie de incoherencias salir del chico que no soltaba su mano por más que la sacudiera.

— No. Violé. A. Nadie.

Apenas separó sus labios para hablar, la furia estaba contenida en él, listo para atacar en cualquier momento, las olas de su interior golpeaban con fuerza, pidiendo la sangre del amante de Hua Cheng.

— ¿Cómo explicas esto entonces? ¡Mira cómo dejaste al Señor del Viento!

Los ojos color miel no dejaban de acusarlo y señalaba al castaño que estaba cantando palabras al aire sólo repitiendo el nombre de He Xion.

— ¿He Xion? — Hua Cheng no dejaría pasar desapercibido un apodo así — Estimado Aguas Negras, ¿tendría la amabilidad de explicarnos lo que está pasando aquí?

El Fantasma Negro sintió el terror recorriendo su espalda, cuando el carmesí le llamaba por apodos estúpidos y sin sentido, era mucho mejor que cuando se dirigía hacia él de manera tan formal, sabía que eso significaba que su compañero preparaba un sin fin de maneras en su cabeza para torturarlo.

— No tengo nada que explicar. Tenía asuntos que arreglar con este cabeza hueca. Ya los resolvimos. Fin del tema y de mi relación con él.

Shi Qing Xuan seguía perdido en sus pensamientos, pero cuando escuchó las palabras finales del Supremo dio un respingo.

— ¡Quiero ser un dios de nuevo! ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJA! He Xi... He Xu... El joven He... ¡Me ayudará con eso!

La luz brillante en los ojos del castaño era deslumbrante, como si fuera la mejor idea del mundo.

Los otros tres se le quedaron mirando con expresiones indescifrables.

— Ya se rompió — suspiró fastidiado He Xuan.

— Tú lo rompiste, ¿le diste tan fuerte? — objetó Hua Cheng ante su comentario.

— No tanto, solo fueron dos noches, tu dios no se ha ro...

Aguas Negras se mordió la lengua con fuerza cuando se dio cuenta que, por estar mirando al Señor del Viento, solo había contestado automáticamente. La sonrisa del fantasma carmesí se ensanchó más ante su victoria.

— ¡Mi querido renacuajo ahora es todo un sapo semental! — la risa fresca de Hua Cheng lastimaba los tímpanos de He Xuan — Gege, deja de sacudir a esa basura, parece que lo rompieron muy desde el interior, ¡no saldrá del trance en un rato!

Xie Lian dejó de mover a su amigo para enfocarse en lo que había dicho su esposo, ¿cómo era eso que habían roto su interior?

— Aguas Negras, definitivamente eres el peor, no te bastó asesinar a su hermano, abandonarlo a su suerte, ¿también heriste su corazón? ¡Eres el peor Supremo!

Hua Cheng sonrió cálidamente, amaba la inocencia que tenía su príncipe a pesar de que casi a diario le enseñaba cómo era que adoraban los fantasmas a su persona favorita, pero vio que tomó de la mano a Shi Qing Xuan y su expresión se ensombreció rápidamente.

— Gege, ¿a dónde vas?

El ojo carmesí no se retiraba de la unión de los dedos entre los dos amigos.

— Llevaré al Señor del Viento a lavarse un poco y que se coloque otras túnicas, debe estar traumado por traer la ropa que su agresor le dio. San Lang, creo que deberías correr a alguien de aquí.

He Xuan X Shi Qing Xuan. El destino que compartimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora