Capítulo 8... Una plegaria muy extraña para un fantasma

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Shi Qing Xuan se levantó de la estera de paja aún aturdido, sabía que debía ser demasiado temprano porque el sol apenas se estaba comenzando a colar por los agujeros de la madriguera donde se ocultaba para sobrevivir. Había pasado ya un tiempo considerable desde que despertó, pero no había logrado calmar las sensaciones que lo habían embargado en esa extraña madrugada con la imagen de un sueño muy vívido con He Xuan.

Cada vez que veía su brazo y su pierna recuperados, una sensación indescriptible invadía su abdomen, como tener algo revoloteando en sus entrañas y el calor inundaba sus mejillas.

"¿Qué estoy pensando? ¿Qué tal si fue un milagro de mi cuerpo por haber sido un dios antes? No creo que sólo Aguas Negras sea capaz de esto ¿o sí? Pero si es así, ¿por qué me curó? ¿Será para torturarme más? ¿HABRÁ VISTO ALGO DE MI CUERPO QUE REVELARA MI SUEÑO? ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA! ¡ESTOY MUERTO!"

Se levantó trastabillando un poco, pues estaba temblando de nervios por sus emociones y pensamientos. Decidido, se vistió con la ropa del día anterior (al fin sólo tenía una puesta desde que se la regaló Xie Lian, así que era lo mejor que tenía) y salió de la guarida sin hacer ruido para que sus compañeros no empezaran a exclamar cosas sin sentido al ver su apariencia ahora.

Caminó varios metros dialogando con él mismo, sabía que estaba actuando por impulso, pero cuando lo notó, sus pies lo habían llevado hasta el espeso bosque que separaba al mundo mortal del fantasma, así que se quedó recargado a la sombra de un árbol golpeando su frente como una reprimenda autoinfligida.

"¿A dónde voy si ni siquiera sé dónde está el hogar de Aguas Negras? ¡Deberé ser estúpido como decía él! ¡JAJAJAJAJAJAJAJA! ¿LianLian sabrá? Pero si le pregunto directamente me detendrá porque es peligroso... ¡Por mi amigo! ¿Qué hago?"

El anterior Señor del Viento estaba dando vueltas en círculos pensando en las opciones que tenía, o le decía a Xie Lian que tenía que encontrar a He Xuan y así preguntarle el paradero del fantasma o lo buscaba solo. Las dos cosas daban el mismo resultado: un desastre total.

Suspiró con dolor de cabeza hasta que se le ocurrió una idea y corrió hacia Ciudad Fantasma. Sus pasos seguían siendo ligeros, con gran destreza esquivaba árboles y rocas, se sintió feliz por moverse así nuevamente y gritó con alegría al cielo.

Llegando a ese ruidoso sitio, se dio cuenta que no había hecho mucho tiempo de camino, su entusiasmo siguió en aumento así que corrió hacia adentro de la ciudad. Sin darse cuenta, chocó con una persona vestida de blanco que casi se ahoga con el bollo a medio comer entre sus labios por recibir un golpe tan fuerte en su espalda.

Xie Lian agitó su brazo izquierdo mientras tosía con fuerza, viendo con ojos tristes su pequeño bocadillo rodar por el suelo llenándose de tierra.

"Solo es un poco de tierra, no hay problema, ¿verdad?"

Con una velocidad fuera de las estadísticas normales para un ser humano, dirigió su mano al pequeño y descuidado bollo sucio, cuando en su mente recordó las palabras de Hua Cheng reprendiéndolo por comer cosas que ya no se consideraban apropiadas.

"Gege, deja de comer todo lo que te hace daño, si quieres comer algo sólo pídelo, no quiero que te enfermes. En verdad que Su Alteza es muy descuidado y este San Lang se pondrá triste".

Ante esos recuerdos, Xie Lian solo suspiró dejando su amada bolita tirada en el piso para después sacar una pequeña tela y así envolverla sin devorarla como tenía pensado en un inicio. Después de este debate mental que había durado unos cuantos segundos, volteó a ver quién había chocado con él y lo ayudó a levantarse. Pensó que era una persona perdida, a esa hora nadie entraba a Ciudad Fantasma a menos que hubiera tomado el camino errado y estuviera escapando de las travesuras de los súbditos de su esposo.

He Xuan X Shi Qing Xuan. El destino que compartimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora