Eras tan solo un niño de 9 años cuando el mundo se fue a la mierda. Un niño normal con una vida no fuera de lo normal pero desde que el mundo cambio veras como siempre se esta entre la vida y la muerte, algo de lo cual nunca escaparas.
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Ya ha pasado un tiempo desde que maté a una persona, me gustaría saber cuanto tiempo ha pasado exactamente pero no, solo sé que Clementine y yo hemos crecido algo y por suerte le superó por 2 cm, más o menos.
Desde entonces tampoco he podido dormir bien, aún más de lo que no dormia. Las pesadillas me atormentan y siempre sueño lo mismo... El tipo que mate apareciendo como caminante abalanzándose sobre mí, mordiéndome y comenzando a comerme mientras el hermano de este tipo viendome con un odio que no puedo imaginar.
Cuando me despierto de esta pesadilla siempre estoy llorando y cuando me ve Clementine ella siempre se preocupa.
Por eso también ya casi ni duermo, antes podia pasar un día sin dormir pero después caia rendido ante el sueño aunque despertaba enseguida, ahora a veces puedo pasar 2 días sin dormir y la verdad, esto me preocupa.
Ahora Clementine y yo estamos caminando por un bosque, en busca de comida...como todos los días.
Al estar un rato caminando vimos un letrero que ponía "Cuidado, animales peligrosos" con imágenes de osos, serpientes y hasta lobos. Algo que no he visto desde que el mundo cambió.
—¿Crees algún día ver un lobo, Clem?—Le pregunto a Clementine para romper el ambiente de silencio mientras pasamos por un tronco muerto que había en el camino.
—Estaríamos en peligro si vemos uno.
—Si, eso es verdad.
Seguimos caminando un rato más hasta que comenzamos a escuchar sonidos raros, parece que hay algo en los arbustos.
—Clem.
—Si.
Yo saco mi cuchillo y Clementine su pistola por si es un caminante o otra cosa.
A lo lejos vi algo entre los arbustos así que Clementine y yo comenzamos a ir lentamente para no llamar la atención de esa cosa. Cuando nos acercamos lo suficiente veo como...como era un LOBO.
—¡Un perro!—Menciona Clementine sorprendida...¿Un perro? ¿No es un lobo?.
El perro se da la vuelta y nos comienza a ladrar.
—Está bien, chico, está bien...—Intenta tranquilizar el perro Clementine, lo cual parece funcionar ya que comenzó a mover su cola y si no mal me acuerdo eso es que están contentos.
Clementine se acerca al perro y lo comienza a acariciar. Lo cual me dan ganas de también de acariciar al perro porque desde hace mucho, pero mucho tiempo no veo un perro.
Pero antes de poder acariciarlo se mueve...
—¿Que hace?—Pregunto al ver como el perro se detenía y nos miraba, como queriendo que lo sigamos.
—Sigámoslo—Y al parecer Clementine entiendo lo mismo que yo.
Seguimos al perro por un rato y vimos como nos había conducido a un campamento abandonado.
