Eras tan solo un niño de 9 años cuando el mundo se fue a la mierda. Un niño normal con una vida no fuera de lo normal pero desde que el mundo cambio veras como siempre se esta entre la vida y la muerte, algo de lo cual nunca escaparas.
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Han pasado unas semanas desde que le enseñé a leer a Aj, me ha impresionado la rapidez con la que Aj logra leer cada vez mejor... aunque no se si eso es normal o que Aj es más rápido que la mayoría.
—La comida ya se nos está acabando—Me menciona Clementine.
—Si y la comida escasea, en los últimos días solo hemos encontrado dos latas de comida—La comida está preocupantemente escasa... algo que a mi y a Clementine no nos gusta nada, si esto sigue así tendremos que comenzar a explorar el bosque en busca de conejos...
—¿Cuánto falta para el siguiente pueblo? El tanque está a punto de vaciarse, pronto va ocupar la gasolina de emergencia—Me pregunta Clementine y por suerte, hace un rato vi un cartel que ponía la distancia.
—Deben faltar unos minutos, esperemos que no esté saqueado ese lugar...
Cuando voltee mi mirada para ver a Aj ya que Clementine estaba conduciendo, veo como este estaba leyendo un libro... Desde que comenzó a leer intente que leyera frecuentemente y también me he llevado algunos comic y libros de los lugares que saqueamos... y desde entonces Aj se ha distraído mucho y también dice palabras que no le hemos enseñado, aunque el significado de esas palabras igualmente tenemos que enseñarle.
—¿Qué es "Ovíparo"?—Pregunta Aj y Clementine me mira sin saber qué responder...
—Son animales que nacen de un huevo, la mamá animal pone unos huevos y cuando el bebe crece lo suficiente, rompe la cáscara del huevo y sale—Le explico a Aj.
—Con que era eso... se me había olvidado aunque sabía sobre eso—Me dice Clementine.
—¿Y yo también nací de un huevo?—Nos pregunta Aj. Yo y Clementine no pudimos evitar reírnos del comentario de Aj...
—No, claro que no Aj. Si no mal me acuerdo... nosotros somos vivíparos, nosotros nacemos desde el vientre—Explica Clementine y a lo lejos se ve el pueblo... Habíamos llegado.
Clementine frenó y bajamos todos del auto. Clementine y yo le enseñamos a Aj que no se separará de nosotros por ningún caso y por suerte siempre hace caso y no rechista nada de nuestras órdenes...
No había ningún caminante a la vista, algo que me preocupaba por el hecho de que eso significa que este lugar está saqueado...
Entramos de casa en casa pero no había suerte, hasta que entramos a una casa roja... nunca me dan buena pinta las casas rojas. Revisé por las ventanas y vi un caminante que miraba a la dirección opuesta de nosotros...
—Yo me encargo—Saque mi cuchillo y abrí la puerta lentamente, pero la puerta estaba oxidada y sonó tanto que el caminante se dio cuenta de mi. Casi por instinto empujé al caminante con una patada y ya en el suelo, le clavé el cuchillo...
—¿Era un monstruo?—Preguntó Aj viendo como sacaba el cuchillo de la cabeza del caminante.
—Si, era un monstruo pero ya me encargue—Le respondo limpiando el cuchillo con mi ropa.
