Eras tan solo un niño de 9 años cuando el mundo se fue a la mierda. Un niño normal con una vida no fuera de lo normal pero desde que el mundo cambio veras como siempre se esta entre la vida y la muerte, algo de lo cual nunca escaparas.
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—¿Qué crees que habrá pasado?—Le preguntó a Jesús después de habernos alejado un poco de El Reino.
—No lo sé con certeza, pero algo es seguro. Un tercero interfirio.
—Seguramente, pero, ¿Y si los de Richmond nos robo?.
—Perderían mucho si fuera así, solo piensalo un poco T/N. La mayor parte de su comida se la damos nosotros a cambio de armamento, si rompen nuestro acuerdo comercial, su mayor fuente de comida dejaría de existir. ¿Y qué más importante que la comida?.
—Tienes razón... entonces tenemos que tener cuidado.
—Exacto.
Seguimos caminando por la ruta principal en dirección a Richmond, esto me recuerda a las veces que iba con Jesús en busca de Clementine... fueron días duros... espero que papá tenga razón en lo que dijo...
—¿Cuántos años tienes ya T/N?—Habla Jesús.
—No lo sé, ¿Tal vez 13? ¿14?. Hace tiempo perdí la noción de las fechas.
—Eso es triste... pero posiblemente rondes por esa edad.
—Tal vez... y hablando de tiempo. ¿Cuántos crees que tardaremos en llegar?.
—¿A Richmond? La última vez que fui, me demoré 1 día aproximadamente. Pero a un paso lento y seguro, si vamos con prisa podemos llegar en menos.
—No, prefiero ir a un paso seguro.
—Le quitas la chispa a esto. Pero está bien, es mejor mantenerse seguro—Me dice Jesus y seguimos caminando por un buen rato en silencio. El sol ya estaba arriba del todo y tocaba un descanso—¿Y cómo te va con Andrew?.
—Bien. Costo para que me pudiera explicar todo a detalle pero ya sé como plantar algunas cosas, su cuidado... hasta me enseñó a injertar.
—Pues me tienes que enseñar un poco después T/N. Aunque no me interesa mucho eso, pero el conocimiento siempre es bienvenido, ¿no?.
—Tienes razón. ¿Y a ti, como te va con el libro de cocina que te di?—Desde que estoy en El Reino, mi afán para distraerme y no pensar mucho en mis problemas. Fueron los libros, cada día antes de dormir, leo hasta que mi vista se canse. He leído bastantes cosas, desde historias de fantasía hasta documentales.
—Mal, lo técnico es fácil. Con solo una leiada ya sabes como hacerlo pero aun con eso, no me sale la comida. La última vez el supuesto pan se me quemó y solo sirvió como carbón—Cuenta Jesus con tristeza, mientras que yo, me reía de su situación... aunque yo no puedo hablar mucho, también me cuesta lo que es la cocina, pero no tanto como a Jesús...
—Oh sí, lo recuerdo muy bien ese día. Casi le quemas el pelo a Emma.
—Oye, ¿Qué dijimos?. ¿No te acuerdas que casi me mata por eso?.
