Eras tan solo un niño de 9 años cuando el mundo se fue a la mierda. Un niño normal con una vida no fuera de lo normal pero desde que el mundo cambio veras como siempre se esta entre la vida y la muerte, algo de lo cual nunca escaparas.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¿Cómo se llaman?—Pregunta Carlos cuando entramos a la casa.
—Clementine.
—T/N.
—Bueno Clementine, ¿sabes que esto va a doler, no?—Avisa Carlos y Clem solo asiente. Al rato veo como Rebecca y Alvin suben al segundo piso.
Carlos nos lleva a la cocina de la casa viendo como al lado había una mesa de madera, Luke, Pete y Nick también vinieron.
—Luke, trae todo para tratar la herida de Clementine—Ordena Carlos y Luke sale del comedor.
—No entiendo como dejaron que alguien mordido entre, no quiero vivir lo mismo otra vez—Habla Nick.
—Chico, cálmate—Dice Pete, quien tiene todavía el rifle.
—¡¿Cómo me voy a calmar?! Trajeron a una mordida.
—No fue mordida de caminante, fue un ¡perro!—Digo a Nick algo enojado y este no me contesta, solo miraba enojado.
—Solo me fui un segundo y ya están discutiendo, calmense un momento. Aquí están las cosas Carlos—Dice Luke entrando y dandole una venda con un diseño de flores, un suero fisiológico y algo para coser.
—Bien, esto va a doler—Avisa Carlos y Clementine se sienta en una silla de madera. Yo me pongo al lado de ella y comienza a apretarme el brazo.
Carlos primero limpia la herida con el suero... Recuerdo cuando Vernon lo echo a mi herida y me ardio como el infierno, no me imagino el dolor que debe estar pasando Clementine aunque puedo percibirlo un poco ya que me esta apretando el brazo a tal punto que creo que me lo puede hasta arrancar.
Y todo empeoró cuando comenzó a coser la herida de Clementine, ella comenzó a gritar del dolor y de tanto que me apretaba el brazo ya se me estaba poniendo morado, estoy aguanto a puras penas.
—Eso es todo, intenta no moverte mucho y quédate aquí. Te estaremos vigilando—Dice Carlos, yo me siento al lado de Clementine mientras que Pete, Luke y Nick nos vigilan, un buen rato hubo silencio.
—¿Quieren comida? Deben estar hambrientos—Dice Luke dirigiéndose a la cocina. La verdad no tengo mucha hambre ya que comí en el campamento pero nunca se rechaza una oferta de comida. Yo y Clementine asentimos y al rato Luke trae dos tazas de cereal, algo que no he comido en mucho tiempo.
—Eso te va a dejar una magnífica cicatriz—Dice Luke mientras yo y Clementine comemos.
—Mejor que perderlo—Dice Clementine.
—Eso es cierto.
—Ahora los dos tenemos una cicatriz en el brazo izquierdo—Le digo a Clementine enseñando mi cicatriz aunque no es tan grande como la de Clementine.
