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Capítulo 19

—¿By? —La voz de Taylor suena fuera de mi habitación, suelto un quejido por lo bajo y el golpe en la puerta se hace aun mas fuerte—. By, abre ¿Qué ocurre?

—¡Lárgate, Taylor! —Grito en respuesta, sabiendo que mi humor de perros no se detendrá aunque sea él. Otra voz más se suma a la de Taylor, pero los ignoro, tratando de atraer toda la tranquilidad a mi cuerpo.

Pero todo se va al caño cuando la puerta se abre y un Taylor entre enojado y preocupado me mira, su ceño se frunce en total confusión cuando me ve, la mitad de mi cuerpo colgando fuera de la cama.

Suelto un gruñido, rodando de la cama y terminando completamente en el suelo, una de mis vans entra en contacto con mi mano y sin detenerme a pensar la lanzo en dirección a Taylor.

—¡Que te largues! —El zapato termina chocando contra la pared detrás de él, dejando al pelirrojo completamente ileso. Taylor parece confundido, no sabe qué hacer. Suelto un gruñido por lo bajo cuando otro estirón ataca a mi vientre, dejo que mi cuerpo caiga sobre la alfombra, haciéndome un ovillo en ella—. Quiero a mi mami.

—Nena. —La voz de Taylor suena preocupada, lo veo acercarse con lentitud a mi lado, ocupando el lugar junto a mí en el suelo, una de sus manos quita los mechones de cabello que cubre mi rostro y limpia el camino de lágrimas—. ¿Qué ocurre?

Aprieto los ojos, sintiendo como el dolor se apodera de mi vientre, haciendo que intente golpear mi cabeza contra el suelo.

—Andrés... Andrés es un maldito desgraciado. —Suelto, mi voz suena adolorida, como la de algún animal siendo torturado. Y no era para menos. Los cólicos eran la peor tortura para una mujer. Y era la muerte en vida para mí.

Lo único que me tranquilizaba de eso, era el hecho de que no estaba embarazada.

—¿Quién es Andrés? —La voz de Taylor suena en un extraño gruñido—. ¡John!, ¡Alguien estuvo en la habitación de By! —Pongo los ojos en blanco, atrayendo aun más el dolor en mi vientre.

—Lárgate, Taylor. Antes de que termine rompiéndote todo en la cabeza.

—¿Qué diablos pasa? —La voz de John suena agitada, y sé que ha corrido por toda la casa ante el grito de Taylor—. ¿Qué hacen en el suelo?

—John. —Lo llamo, y sin esperar respuesta alguna agrego: —Llévate a Taylor y tráeme helado de chocolate. Y si encuentras a mi mami tráela, por favor.

—No me iré. —Taylor responde, tajante, fulminando a John con la mirada—. No me iré John, no me vas a obligar.

—By quiere estar sola, Taylor, es lo mejor por ahora. —La voz de John suena cerca y lo puedo ver un poco inclinado—. Si no quieres que la culpen de asesinato será mejor que salgas.

—No.

—Solo lárgate, Taylor. O juro por Andrés y todo el dolor que tengo ahora mismo que te golpeare y no te gustara.

—¿Quién es Andrés? —Un resoplido brota de John y estoy a punto de golpearlo para que cierre la boca, pero el escapa con rapidez de mi golpe.

—Esto de ser tu amigo se está tornando extraño, Acker. Tu novia tiene cólicos, Andrés es lo que le llega cada mes.

—¡No todo el mundo debe saber de mi regla, John! —Me quejo, incorporándome con lentitud y terminando apoyada contra la cama, Taylor me mira con diversión y hago acopio de todo mi auto control para no terminar sobre él y golpearlo.