Capítulo 38

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—¿Quieres decir que está bien?, ¿realmente era Ágata, mamá? —Pregunto, observando con fijeza a mamá, ella, se encontraba frente a mí, ocupando un lugar junto a mí en la cama. Sus movimientos irradiaban tranquilidad, su rostro se encontraba sereno, dándome a conocer que ningún problema atormentaba su mente—. Pero Lex...

—Ágata es una bruja demasiado fuerte, Chloe le enseño muy bien, cariño, créeme cuando te digo que ella está bien. —No puedo evitar que la confusión se filtre en mi sistema, haciendo a mí mente trabajar más de lo normal.

¿Por qué no se había comunicado con nosotros?, ¿Por qué se mantenía oculta aun?

—Ágata fue la que saco la bala de mi cuerpo. —No puedo evitar que una sonrisa se dibuje en mis labios—. Ella realmente no pudo hacer una estúpida llamada, pero si puede aparecerse cuando estoy muriendo.

—La vida de una bruja no es segura, cariño, menos habiendo aun personas como Ray allá afuera, es lo mejor, al menos por ahora. —Asiento, dándole la razón. Mamá aprieta mis manos para luego girarse y tomar el libro desgastado que había traído consigo.

La visión de las fotos que aparecen en el me hacen sonreír y hacer mi cabello a un lado cuando la visión de una pareja algo adulta –entre los 40 o 50 años-, tomados de las manos, irradiando amor hacia la persona que toma la fotografía.

Mi vista recae sobre el hombre, sus ojos cafés brillan con algo de diversión y ternura cuando observa a la castaña que sujeta su mano como si su vida dependiera de ello.

—Son tus abuelos. —Mamá murmura, algo melancólica—. Eso fue en vísperas de tu nacimiento. Papá organizo una gran celebración con toda la manada.

Cuando cambio de página, la visión de papá entra en mis ojos. El cabello castaño un poco más largo de lo normal y sus grandes ojos azules observando con detenimiento a mamá, esta, con una gran panza de embarazo sujeta a un Bastian de 5 años de la mano.

Una sonrisa tira de mi mano al ver la mueca de disgusto de mi hermano mayor.

—Bastian siempre ha arrugado su nariz cuando algo le molesta. —Observo, señalando la imagen, mamá suelta una risa y no puedo evitar reír yo cuando cambio la pagina. Esta vez, es una foto de mis padres junto al abuelo, quien simplemente se limita a fulminar a mi padre cuando sujeta la mano de mamá.

—Tu padre hace lo mismo cuando Taylor se acerca a ti. —Ella murmura, para luego, soltar una larga risotada—. La posesión viene de familia.

Nuevamente, gira la pagina, esta vez sorprendiéndome con la siguiente imagen.

—¿Ese no es Ray?... —Mamá se acerca a mí, para fijar su mirada en la foto, parece aun o mas sorprendida que yo—. ¿Esta foto fue en la celebración?

—Sí. —Ella responde automáticamente—. Nunca me había fijado detalladamente en esta foto... es que... no lo recuerdo. —Niega con la cabeza, cambiando de rapidez aquella extraña foto.

Dejando de lado aquello, me enfoco en lo que parece ser una foto del abuelo con Bastian, ambos gruñéndose entre sí mientras parecen pelear por una rebanada de pastel.

—¿Qué hacen ustedes dos escondidas aquí? —Cierro el álbum con rapidez cuando la voz de Bastian irrumpe en la habitación, ambas, giramos hacia la puerta y no puedo evitar sonreír cuando lo veo usando un saco negro, pero aun conservando sus amados jeans.

Ese era Bastian y al parecer, nunca iba a cambiar.

—Nada. —Respondo, para luego colocarme de pie, luego de haber escondido el álbum bajo mi almohada. Aliso el vestido blanco, mostrando mi mejor sonrisa—. Hagamos esto rápido.

Green Eyes © |SIN EDITAR|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora