Capítulo 30

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Tengo la imperiosa necesidad de lanzarme contra él, pero soy interceptada por Bastian, quien se coloca delante de mí y observa al indeseado. Siento el olor y el calor corporal de Taylor detrás de mí, por lo que decido tomar una respiración.

—Mamá, has que se largue. —Mi voz sale en un susurro, capaz de ser escuchado por los presentes.

—By... él quiere disculparse.

—¡Y una mierda! —Mi voz se eleva de golpe y soy capaz de salir de detrás de Bastian, quien solo mantiene el ceño fruncido hacia Kay—. Blake casi muere por culpa de él y ¿tu solo lo aceptas por que quiere disculparse?

—By...

—¡No! —La interrumpo, negando con la cabeza y lanzándole una mirada enojada—. ¡Intento morderme!, luego me golpeo, mamá ¡Me golpeo!

—¿Qué? —Cierro la boca de golpe en cuento soy capaz de escuchar la voz de Taylor, su voz sale completamente enojada mientras me observa, abro la boca para decir algo, pero la cierro con rapidez, sabiendo que no podía hacer nada para retractarme.

—By... Lo siento, éramos pequeños ¡Tenia 15!

—¡Cállate! —Grito, siendo detenida nuevamente por mí hermano mayor—. Eras mi mejor amigo, Kay, y tú lo sabías... sabias que era y me lo ocultaste. —Siento lagrimas mojar mis mejillas, pero las seco con rabia, observando al castaño frente a mi—. Intentaste hacerlo por la fuerza, Kay... nunca te perdone eso... nunca lo haré.

Todo a mí alrededor pasa con rapidez, platos cayendo al suelo, Taylor tirando a Kay al suelo y golpeándolo con fuerza. Sé que debo detenerlo, pero me siento paralizada.

Kay me había hecho daño, recordar cada uno de sus ataques me hacía daño... había confiado en él... le había confiad mi vida a ojos cerrados solo para que el intente aprovecharse de mí.

—¡Te voy a matar, hijo de perra! —La voz de Taylor me saca de mis recuerdos y un grito es ahogado al final de mi garganta cuando veo el rostro de Kay lleno de sangre, la vena en el cuello de Taylor sobresale con salvajismo y es cuando me separo de Bastian, quien no se ha movido ni un centímetro.

—¡Taylor! ¡Para, por favor!

—¡Taylor, detente! —El tiempo parece detenerse cuando el rugido por parte del padre de Taylor se hace presente, el pelirrojo sobre Kay parpadea repetidamente, dándole un último golpe a este último, para luego levantarse del suelo.

—Me voy. —Taylor dice, tomándome por el brazo y observando tanto a sus padres, como a los míos—. No regresaremos hasta que ese se largue de esta casa... —Su voz es hielo puro, tanto que debo morderme el labio ante la fuerza que ejerce su agarre alrededor de mi brazo—. Juro que si lo veo frente a mi lo matare. Hablo enserio.

Observo a mamá, quien ayuda a un golpeado Kay y no puedo evitar negar con la cabeza.

Su boca se abre, pero no soy capaz de escuchar lo que dice, porque en el mismo instante, Taylor y yo abandonamos la casa con rapidez. El frió de la noche de California nos envuelve con rapidez cuando salimos de la casa.

Taylor no me ha soltado y únicamente lo hace cuando me encuentro en el asiento copiloto de su auto. La puerta es cerrada con más fuerza de la normal, por lo que termino dando un pequeño salto en mi lugar.

Cuando Taylor ocupa su lugar detrás del volante, puedo observar a Bastian y Blake en la entrada de la casa, ambos asienten con dirección a Taylor y este ultimo arranca con rapidez, dando una rápida curva y sacándonos de la gran casa.

Mi mano se levanta con vida propia, deteniendo la lágrima que resbala por mi mejilla. Revivir aquel recuerdo de Kay dolía, y pensar que había reprimido aquel recuerdo con el paso de los años, me hacía saber que estaba haciendo las cosas bien, pero al fin y al cabo, el pasado siempre regresa a ti.

Green Eyes © |SIN EDITAR|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora