Capítulo 17

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El gran gruñido que brota del lobo frente a mí, me sobresalta un poco, por lo que, sin darme tiempo a pensar, arremeto contra él, recordando cada uno de los puntos que Taylor me indico para atacar; morder su cuello con fuerza.

El chillido que brota del mismo me asusta, pero no me detento, tiro con fuerza de su cuerpo, y ambos terminamos en el suelo, el sabor de la sangre entra en contacto con mi lengua y siento algo que nunca he sentido... las ganas de querer mas... las ganas de destrozas.

Puedo sentir los nervios de Eider, pero eso me detiene al dejar al lobo medio muerto. Me alejo de él, acercándome con rapidez a Eider, quien se sube sin mirar a ningún otro lado.

El olor de la manada me hace jadear un poco y no puedo sentirme más aliviada al ver la entrada principal, Eider de baja de mi lomo, observando alrededor.

Estoy a punto de cambiar, pero ella me detiene.

—Tranquila, se me el código. No creo que a Taylor le guste tu andando desnuda por la manada. —Ambas ingresamos, y puedo escuchar el suspiro de alivio que ella suelta.

Pero yo no estoy aliviada, yo solo quiero a Taylor conmigo. Sin pensar más, me alejo de ella, corriendo con rapidez por las calles de la manada, varias miradas se posan sobre mí y sé que es por la sangre cubriéndome.

Los jadeos no se hacen esperar para cuando llego a la colina de la gran casa, veo a Blake a lo lejos, corriendo en mi dirección. Me detengo cuando llego con él, cayendo con fuerza en el suelo, sintiendo el agotamiento por todo mi cuerpo.

—¿By? ¿By? ¿Qué ocurre? —suelto un leve gruñido, que suena más a un jadeo.

Dile a papá que Sean y Taylor necesitan su ayuda, dile rápido.

Le ruego a Dios para que mi pensamiento viaje a la mente de Blake, y parece funcionar por que él no tarda en colocarse de pie y correr nuevamente hacia la casa, me pongo de pie como puedo, alejando el cansancio de mi cuerpo y camino detrás de él, a paso lento.

Cuando al fin llego a la puerta principal, observo como una mancha negra cruza sobre mí, sé que es papá, el olor característico de él me pega con fuerza antes de marcharse de la casa, seguido de este otro lobo lo sigue.

No puedo evitar sentirme bien cuando veo a Blake con una gran toalla en sus manos, cierro los ojos, y me visualizo nuevamente como humana, el dolor en mi hueso ya no es tan intenso, pero una mueca se forma en mi rostro al aceptar la toalla.

—Gracias. —Murmuro en voz baja. El sabor metálico a sangre no se hace esperar y siento ganas de vomitar—. Iré a darme un ducha ¿Puedes decirle a Alina que deje a Eider en la entrada de la manada, quería venir a avisarles rápido.

—Yo iré por ella, no te preocupes. —dice, y estoy a punto de rechistar, pero el ya se ha alejado, tomando las moto de Bastian. Sabía manejarla, y no creía que en la manada alguien lo detenga.

—¿Cariño, estas bien? —El horror en la voz de Alina me asusta un poco.

—La sangre no es mí. —Aclaro con rapidez cuando ve la sangre sobre mi pecho—. Trataron de atacarnos antes de llegar a la manada y tenía que proteger a Eider.

—¿Dónde está ella?

—La deje en la entrada de la manada, Taylor necesitaba a mi padre. —ella asiente, puedo ver un dejo de preocupación en sus ojos, pero no me quedo más tiempo.

El olor a sangre me hace sentir nauseas y necesito una ducha con urgencia.

Sin preocuparme por los demás, me adentro en la habitación de Taylor, tomando una toalla limpia del closet y entrando en el gran baño personal que tenia.

Green Eyes © |SIN EDITAR|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora