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Capítulo 8

Mi respiración sale en un lento temblor y no quiero abrir los ojos, la sola presencia de Taylor enloquece mis hormonas y no quiero ir más lejos, no por ahora. Mis manos se posicionan sobre su duro pecho y no puedo evitar flexionar mis dedos sobre este.

Algo en mi interior ruge con fuerza y mis ojos se abren, Taylor me está observando fijamente y la atracción entre nosotros es tan fuerte que un cuchillo no podrá atravesarla.

¡Mío!

La voz en mi interior suelta con fuerza, yo simplemente me he quedado estática. Taylor no es mío. El no es propiedad de nadie, es una persona libre. Me separo de él, quien me ofrece una mirada un poco confundida.

—¿By? ¿Qué ocurre? —Su voz es preocupada, pero no me acerco a él. Olvidando por completo lo que vine a hacer aquí, abro con suma rapidez la puerta y escapo como puedo de sus brazos, lo siento detrás de mí, por lo que de un tirón.

El fuerte olor a alcohol llena mis fosas nasales y me siento mareada de un momento a otro, maldigo por lo bajo y corro entre las personas. No tengo idea de por qué corro, solo sé que quiero alejarme de Taylor lo mas que pueda, su sola presencia revuelve todos mis pensamientos y no puedo permitir eso. No debo.

Varios chicos del equipo de futbol —exactamente amigos de Taylor—, están impidiendo el paso en la puerta principal, mi vista viaja detrás de mí, exactamente a las escaleras que acabo de bajar y Taylor viene bajando los escalones con la mandíbula apretada, mis tacones se encuentra sujetados con fuerza en una de sus manos.

Observo a mí alrededor buscando una vía rápida de escape y mi vista se posa en la cocina, siempre hay una salida en la cocina y si en esta gran casa no lo hay, es por qué están locos.

Me disculpo con todas las personas con las cuales tropiezo hasta llegar a la cocina, hay un grupo de personas en una especie de competencia de chupitos, por lo que no me detengo y abro la puerta rápidamente. El frio aire golpea mi cuerpo y me estremezco al ver como un gran bosque se eleva después del jardín de la casa.

Escucho la voz de Taylor a mis espaldas, por lo que simplemente corro, corro lo más rápido que puedo. Sé que estoy siendo completamente inmadura al huir de él, pero no puedo evitarlo.

Abro la pequeña puerta que separa el jardín del oscuro bosque y haciendo acopio de toda mi valentía, trago saliva y emprendo nuevamente mi carrera.

Los ruidos extraños no se hacen esperar cuando me adentro entre los altos arboles, no escucho a Taylor por ningún lado, por lo que reduzco mi velocidad y me fijo por donde piso, no queriendo lastimarme los pies.

La música es un leve zumbido en el ambiente mientras me adentro un poco más al interior del bosque. Siento mi corazón golpear con fuerza contra mis costillas, el frio aire me hace estremecer y abrazarme a mi misma, hace frio.

Pero como la gran idiota que soy, termine huyendo, lo peor de todo es que no tenia zapatos.

Bastian me iba a matar.

Escucho fuertes pisadas cercas por lo que me escondo entre unos arbustos que están cerca de mí, unos pies cubiertos con zapatos caros entran en mi campo de visión y me muerdo la lengua para no decir nada.

—Ella no puede haber ido muy lejos. —Una ronca voz habla, mi ceño se frunce a modo de preocupación, un gruñido se escucha fuerte—. Aun no entiendo cómo puede cubrir su olor.

¿Qué?

Hago una mueca y me remuevo un poco para olerme a mí misma. No huelo mal ¿De qué diablos hablan?