Capítulo 15

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—Todos me miran, esto es extraño. —Murmuro en voz baja mientras camino junto a Taylor por los pasillos de la universidad, él parece cómodo, en realidad más de lo que me gustaría. Su mano suelta la mía y en un rápido movimiento me encuentro bajo su hombro.

—Es normal. Eres su Luna.

—Eso es aun más extraño. —Respondo, soltando una risa tonta—. Todo es extraño para mí, nunca imagine que terminaría así. —Señalo, sacudiendo mis manos, dando a entender mi punto—. Rubí, Maruk, tu, la manada. Es solo... que no creo acostumbrarme nunca.

—Toma tiempo. — Dice, deteniéndose de golpe y tirando de mi cuerpo hasta que nuestros pechos terminan presionándose entre sí—. Si, puede ser un poco difícil, pero ¿Para qué estoy yo? No tendrás que pasar esto por ti sola, tienes a tus padres, a los idiotas de tus hermanos y a mí.

—Pero... —Taylor suelta una ronca risa, antes de presionar sus labios contra los míos, dejando un pequeño beso en ellos.

—Sin peros.

No puedo evitar reír ante su gruñido, pero no respondo, me dejo llevar por el hacia nuestra próxima clase, la cual había pasado por alto durante una semana. Pero tenía que volver y como siempre, Taylor estaba pegado a mi lado como una garrapata.

Dos semanas.

Eso era lo que había pasado luego de aquella noche tan loca, en la que descubrí un lado del cual no tenia conocimiento, ese lado que solo se la pasaba hablando de un lobo negro con cola gris, tanto era su enamoramiento que la escuchaba soltando suspiros en mi cabeza.

El maestro de Historia, Douglas, como Taylor me había indicado, también pertenecía a la manda, en realidad era el padre de John. Aunque yo no le veía nada de parecidos, tal vez sus ojos, pero solo eso.

No los podía poner juntos en una misma foto, eran tan... diferentes.

Taylor ocupa el lugar junto a mí, colocando su largo brazo en el respaldar de mi espalda. Una última mirada en el reloj de Douglas me hace saber que ya empezara con la clase, pero un golpe sordo en la puerta lo detiene.

Un cuerpo de muerte se detiene en la puerta, la pose despreocupada que carga hace suspirar a mas de una, yo suelo puedo observarlo con el ceño fruncido, el olor a lavanda golpea mi olfato.

El cuerpo de Taylor se tensa con rapidez, observando con el ceño fruncido al chico en la puerta.

—Estudiante de intercambio. —Su voz es gruesa, y observo a mi alrededor, para ver a mas de una babeando. A mi simplemente... me es indiferente—. Mi nombre es Sean. Sean Acker.

Mis ojos se abren de golpe, observando al pelirrojo a mi lado, quien solo se limita a fulminar con la mirada al individuo que se encuentra entregándole un papel al maestro.

Douglas le ofrece una sonrisa y puedo ver el atavismo de un guiño.

El duro cuerpo de Sean se pasea por cada uno de los lugares, sentándose en uno que estaba vacío, junto al pelirrojo que apretaba la mandíbula ¿No lo iba a saludar?

Taylor no hablo durante la clase, se limito a sujetar mi mano mientras que con la otra hacia unos pocos apuntes de la clase, podía sentir la verde mirada de Sean sobre mí, pero simplemente lo ignore, al igual que lo hacia su hermano.

Miro a Taylor, quien picotea su plato de tallarines con la cabeza gacha, tiro de su oreja un poco, y sus ojos verdes se levantan, una pequeña sonrisa tira de sus labios y se inclina, presionando sus labios contra los míos.

Green Eyes © |SIN EDITAR|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora