MINISTRO MORGAN [FANFIC PP ALEX MORGAN Y LAILA LINCORP]

CAPÍTULO DIECISIETE

Alex Morgan 

—Brenda no llego anoche quizás siguió nuestros consejos y al fin se fue a follar con alguien —Laila se deja caer en la cama de nuevo mientras vuelvo a apagar el celular ignorando la insistencia de Olimpia—¿quieres desayunar? Puedo pedir algo oh intentar cocinar

—Tranquila preciosa, tengo una mejor idea para mi desayuno—rodeo su cintura tirándola hacia mi.

—Pervertido, mi amiga me va a matar si sabe que te metí aquí para follar, yo como palomitas con mi sobrino en esta cama —rio besando su cuello.

—Bueno pues ya le dimos un mejor uso teniente —rueda los ojos mientras beso su cuello y en un par de movimientos la vuelvo a tener debajo de mi.

Mi miembro entra y sale dándome la vista perfecta de las mejillas de su culo abiertas por y para mi, ignoramos el bullicio de afuera mientras bombeo empuñando su cabello en un puño arqueando su espalda.

—No pares—jadea endureciéndome la verga mientras no dejo de bombear dentro y fuera de ella.

Los ruidos de fuera suenan mas fuertes pero los ignoro perdido en el deseo que tengo por seguir enterrado hasta la empuñadura en esta mujer.

—¡Laila!—Gritan, no hay respuesta de parte de la mujer debajo de mi ni la abra, que esperen.

La perilla de la puerta suena y mierda está se abre.

—¡Laila...!

Entra James seguida de Franco y otra mujer que no reconozco de rostro al menos.

—¡Pero que...!—Franco explaya los ojos.

Y la última mujer que entró sigue con las exclamaciones mientras no dejan de ver a Laila en cuatro mientras me mantengo detrás de ella clavado.

—¡Diablos Laila! — grita antes de pueda moverme suelto el puñado de cabello cuando Laila se aleja dejando mi verga expuesta y toma la sábana cubriéndose mirando a las chicas furiosa.

—¡Chicas!!Estoy ocupada!—no hablo solo trato de cubrir mi verga erecta que acaba de convertirse en la vista principal de todas las mujeres en la puerta

—¡Perdón!

—¡Fuera!—las echa Laila, pero ninguna se mueve todas están viendo la escena triple x que somos su amiga y yo.

—¡Chicas!—vuelve a exclamar Laila señalando la puerta mientras sostiene la manta con otra —¡Están invadiendo mi privacidad!