26. Libertad.

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Se abrió la puerta que estaba en medio de las rejas de la celda con magia mientras que a un lado de ella estaba un auror de mal genio haciéndole un par de señas al chico dentro de ella.

-Vamos Malfoy, acompáñame.

Drake arrastraba sus pies detrás del auror, se sentía débil.

Pasar esos meses con aquellas cadenas que absorbían su magia lo tenía bastante agotado.

Llegaron a una sala en la cual estaba aquel hombre que lo visitó hace ya un tiempo, rodeado de más aurores y un par de adultos que conoció de inmediato.

El matrimonio Malfoy.

Se mantenían agarrados de la mano como si su vida dependiera de ello, le lanzaban miradas preocupadas y esperanzadas que lo incomodaban y apartó la mirada.

-Bien, da un paso al frente muchacho.

El auror que lo había llevado lo empujó sin delicadeza al hombre vestido con una túnica extravagante de color morado y dorado.

Levantó una varita delante de él y en respuesta cerró los ojos, temiendo que fueran a hacer algo con él.

Tras unos segundos escuchó como caían las cadenas y el agarre que tenían en él desaparecía.

Le parecía extraño estar libre de ellas por lo que abrió poco a poco los ojos al mismo tiempo que flexionaba los músculos que todo esté tiempo estuvieron agarrotados.

-Tu condena ha sido cumplida, joven Malfoy -le dio una sonrisa amable el hombre loco-, pero como medida preventiva tenemos que monitorear su magia así como tener controlado los hechizos que usa.

Sacó de una pequeña caja su varita.

Sus ojos brillaron al ver aquel pedazo de madera tan familiar en él, vio como le lanzaban unos cuantos hechizos más y por fin se la daban.

Titubeó un poco, temiendo que le estuvieran haciendo una broma de mal gusto pero ante la insistente mirada del hombre la tomó con cautela.

Casi suelta unas lágrimas de emoción al sentir por fin en sus manos su preciada varita.

La magia dentro de él también parecía eufórica al tener aquel catalizador que tanto había sido de ayuda para él.

-Estara bajo vigilancia un par de años, joven -prosiguió hablando el hombre jocosamente-, por lo que en ese tiempo le será imposible realizar algún tipo de magia oscura o dañina en contra de algún ser humano. Además, una de las condiciones principales es que termine sus estudios en el colegio Hogwarts. Todo está listo para su ingreso el próximo año que reabran sus puertas.

La alegría en él desapareció.

¿Qué había dicho la imitación del sombrerero loco?

-¿De qué habla? ¿Cómo que ir a Hogwarts? Pero yo ...

-Lo lamento joven Malfoy, su condena se redujo a pocos meses en prisión al igual que la de muchos otros jóvenes que están en una posición similar a la de usted, por lo que buscamos la mejor manera de reingresarlos a la sociedad -el rostro antes alegre del hombre adoptó un semblante serio-. Nuestra mejor opción es que terminen sus estudios primero y ya después hagan su vida con tranquilidad, dejando atrás todos estos malos momentos que se han vivido.

Drake se quedó paralizado.

No era lo que él tenía en mente, el solo quería...

Un par de brazos lo envolvieron con delicadeza.

Sintió como su hombro se mojaba y apartó un poco la cabeza para ver a la mujer que lo tenía abrazado.

-Es hora de que vayas a casa, cariño.

Herederos perdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora