35. ¿Accidente?

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Habían pasado un par de semanas desde que volvieron a Hogwarts tras las vacaciones de invierno y todo estaba relativamente tranquilo en el colegio.

Draco y Hermione seguían manteniendo sus distancias aunque el rubio se moría por hablar con ella él no iba a ser quien diera el primer paso.

Poco a poco el resentimiento que le había tenido a la pelinegra se habia ido esfumando y aunque la extrañara, él sentía que merecía unas disculpas por parte de ella que hasta el momento, no había recibido en condiciones.

La habia visto un par de veces hablando con Harry y con un par de chicos de Ravenclaw, sentía una molestia crecer en su pecho cuando esos idiotas la tomaban del brazo y la veían con sonrisas bobas pero tomaba una respiración profunda, se relajaba y se marchaba de donde sea que estuviera.

Desde que empezó a tomar en práctica las palabras de Sirius se sentía mas calmado y trataba de no actuar impulsivamente.

En esas pocas semanas había conseguido acercarse a Narcissa y conocerla realmente.

Antes ella había intentado de mil maneras crear ese vínculo pero él al ser tan testarudo no habian logrado conectar como ahora lo habian hecho.

En los primeros meses que ingresó a Hogwarts si acaso le habia escrito una carta cada dos meses y bastantes cortas, pero ahora intentaba escribirle por lo menos dos veces a la semana.

Estaba garabateando en su tarea de Pociones mientras pensaba en todo aquello cuando alguien le palmeó la espalda y se sentó a su lado.

-¿Qué tal, hermano?

-Hola Harry -saludo con un asentimiento al azabache-. ¿Qué haces por aquí?

-¿Por qué lo preguntas como si fuera lo más extraño en el mundo? -Harry puso semblante indignado-.

-Por que estamos en una biblioteca -el rubio le dijo como si fuera lo más obvio-.

Harry hizo una mueca.

-Me haces ver como si fuera un ignorante.

-Bueeeno... -ladeo la cabeza, jugando con su pluma-.

-Cállate, Malfoy -se cruzó de brazos, irritado-.

Draco se rió y se recargó en la silla, dejando a un lado del pergamino la pluma.

-Y bien, ¿qué te trae por aquí, entonces?

-Vine a estudiar.

-¿Enserio? ¿Y dónde están tus libros? ¿Tus plumas, tinta y pergaminos? -alzó una ceja en su dirección inspeccionandolo-.

Harry parpadeó, buscó por todos lados y levantó las manos en rendición.

-Bien, me has atrapado. Espero a Daphne quien si está haciendo una tarea.

-Ja, lo sabía -sonrió en victoria-.

Draco estaba feliz por su amigo, finalmente había conseguido hacer grandes progresos con la rubia de Slytherin.

-Hola Draquis, Potter -una pelinegra de cabello corto les dio un asentimiento en señal de saludo-.

-Hola Pans -Draco la saludo haciendo un gesto con la mano-.

-Parkinson -Harry se removió incómodo en su silla y desvío la mirada-.

Ninguno de los que era cercano a Draco entendía cómo había surgido la amistad entre él y la Slytherin ni como es que seguía fortaleciéndose con cada día que pasaba.

-¿Qué haces aquí, Pansy? -Draco le dedicó una mirada de desconcierto a ella también-.

A pesar de que Pansy si fuera con regularidad a la biblioteca, hoy iba con las manos vacías al igual que Harry.

Herederos perdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora