Herederos perdidos

9. Londres.

Minnie terminó de acomodar sus cosas en el departamento que habían logrado conseguir en un tiempo récord.

Llegaron hace dos días a Londres y se quedaron ese tiempo en un hotel mientras encontraban un modesto lugar donde quedarse.

Sus papás les habían dado un poco de dinero y ellos tenían algunos ahorros, así que podrían estar algún tiempo hospedados en un lugar decente.

El micro departamento que habían logrado conseguir estaba un poco alejado del centro de Londres, era un alojamiento para estudiantes pero como ya habían salido de clases estaban libres y por esa razón también tenían un costo accesible.

Aquel lugar contaba con una pequeña habitación, que esta a su vez contaba de una cama individual, un escritorio y un armario además de un baño minúsculo, una nevera pequeña y un sofá.

Drake había bajado por algo de comida y a checar el perímetro y sus alrededores.

No sabían aún como llegar al Londres mágico y querían buscar cualquier indicio que les diera alguna pista.

Minnie se acercó a la ventana que estaba justo encima del escritorio y observó el cielo. Era pasado de mediodía y unas gruesas nubes grises cubrían el cielo junto a un ligero viento que soplaba, estaba a punto de llover.

Con un suspiro bajó la cortina y se paró frente a la cama con el ceño fruncido.

Drake ya le había dicho que no había problema con que el durmiera en el sofá y que ella se quedara con la cama pero no le parecía justo.

Lanzó un hechizo de expansión que no había podido poner en práctica antes y logró aumentar algunos buenos centímetros aquella minúscula habitación.

Cambió algunas cosas de lugar para darle un poco mas de espacio y no sentirse agobiada, aumentó el tamaño de la cama y observó todo con un brillo en los ojos.

Satisfecha con el resultado, decidió recostarse un rato mientras llegaba su rubio.

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Drake paseaba por las calles de Londres con la vista en todas partes. Aún le parecía irreal que estuvieran en aquel lugar tan lejos de su hogar.

La gente ahí lucía mas formal y sobria. Podía ver como algunos lo miraban extraño por su vestimenta y su cabello desordenado.

Llevaba una playera roja de un cómic de Marvel junto a unos jeans desgastados y unos converse, en cambio, la mayoría de las personas ahí lucían grandes gabardinas en colores oscuros, pantalones y zapatos de vestir junto a un peinado en extremo elaborado.

Ignoraba las miradas escrutadoras de las personas y seguía investigando los alrededores en busca de algún indicio de magia.

Minnie le dijo que según algunos libros que había leído la manera de ingresar al Londres mágico era por medio de alguna cabina de teléfono pero que eran muy pocas las que servían como entrada. La tarea difícil era descifrar cual cabina era la conexión, ya que ahí había una cada dos pasos de distancia.

Entro a un supermercado pequeño que estaba a su paso para comprar alimentos congelados. A pesar de que a él le encantaba cocinar, el lugar en el que se estaban quedando no les proporcionaba los medios para poder preparar comidas caseras. Aunque podría transfigurar alguna chatarra que hubiera por ahí para lo que necesitaba...

Un movimiento a la derecha captó su atención. Un hombre de unos cuarenta años aproximadamente vestía una gran túnica negra, su cabello oculto en un extraño sombrero y sus ojos tenían unos lentes oscuros a pesar de que no había sol debido a que estaba a punto de llover.