Herederos perdidos

16. El principio del fin.

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Maratón 1/3
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-Tengan todo preparado, nos iremos en un par de horas.

Lucius siguió dando indicaciones y se marchó porque necesitaba de unos minutos a solas.

Desde que habían descubierto el contenido de la nota estaba inquieto.

Hicieron un juramento los que estaban en aquella habitación de no decirle a nadie sobre lo que habían descubierto.

Al menos, no hasta que pudieran encontrar alguna pista o cualquier cosa que los llevara hacia ellos.

No podía darle una esperanza de esa magnitud a su esposa y que fuera falsa.

Nunca se lo perdonaría.

Fue a tomar un vaso de whisky de fuego en la biblioteca, en la zona más apartada del lugar.

Cuando dio el primer sorbo, un hombre apareció detrás de él.

-¿Ha llegado el momento Lucius? -pregunto con voz inquieta-.

-Si, ya es hora de acabar con todo esto.

Lucius sirvió otra copa y se la entregó.

-Por terminar con este maldito infierno de una vez por todas -levantó su copa para hacer un brindis-.

El hombre frente a él hizo lo mismo y asintió.

-Llego la hora -respondió con voz decidida-.

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Minnie siguió molesta con Drake las semanas que siguieron a su última platica y él por su parte, solo intentaba disculparse con ella.

Aunque aquello fue un buen pretexto para ella para desaparecer por días y de la nada regresar con grandes pilas de libros para investigar más a fondo sobre diversos sitios de Londres mágico, siendo su lugar favorito el colegio de magia más grande del mundo: Hogwarts.

Había buscado sobre su historia además de información de ella.

Milagrosamente había encontrado también un plano de la estructura de la escuela y la manera de como estaban distribuidas las aulas y salas de descanso.

Se maravilló de ver que era incluso mas enorme que Ilvermorny, la cual ya de por si era suficientemente grande.

Le sorprendió ver que en ella habitaban fantasmas y poltergeist algo que le llamaba mucho la atención.

Drake de igual forma estaba sorprendido por todo aquello, quien aprovechaba esos momentos donde ella desaparecía para leer un poco por encima algunas anotaciones que Minnie dejaba en los libros.

Ella apenas y si le respondía con algunos monosílabos en los ratos en los que estaba en el departamento y eso lo tenía bastante frustrado, pero estaba claro que su lado altruista era más fuerte como para dar su brazo a torcer.

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-Minnie... ¿Cómo está la reserva de pociones?

Estaban comiendo aquella noche, Minnie acababa de regresar de sus expediciones y estaban compartiendo aquel momento en un incómodo silencio donde solo el ruido de los cubiertos se escuchaba.

-Necesitaremos muchas de curación y de veneno.

-¿Necesitaremos? -preguntó con un poco de esperanza-.

Minnie dejó el tenedor y suspiró con pesadez.

-Ha llegado la hora, al parecer la batalla final será dentro de un par de días y como eso es a lo que hemos venido, iremos juntos.