Herederos perdidos

Especial: Viejos amigos.

-Andy se va a casar.

-¿Qué dices?

Narcissa le mandó una mirada furiosa a su amigo que estaba muy entretenido con su escoba.

En cuanto escucho la noticia le pidió a su elfa que la llevara a la mansión Potter para contarle a James de lo que ocurría.

-¡Escúchame! ¿Sabes que significa eso? -mantenía su ceño fruncido y los brazos cruzados-.

El niño dejó a un lado su escoba y los productos de limpieza para ver a su amiga.

-¿Sí? -alargo la "i" esperando que ella siguiera hablando-.

Las mejillas de Narcissa se pusieron rojas.

-¡Pronto me van a comprometer a mi también!

-Ni siquiera hemos recibido las cartas de Hogwarts.

Narcissa tomó uno de los cepillos de limpieza y lo empezó a golpear.

James salió huyendo de ella, luego de un rato se cansaron y dejaron el tema atrás para jugar como todas las tardes lo hacían.

─═✧༼✧═─

-¿Estás nerviosa, Cissy?

-Estamos en tercer año, James. ¿Por qué lo estaría?

-Bueno, ya sabes... -el chico miró incómodo por la ventana-. A papá se le escapó que Cygnus pronto iba a reunirse con la familia de tu futuro prometido para concretar el matrimonio.

Narcissa suspiró.

-Lo he sabido toda mi vida, James. Para eso me han criado...

-¡Es injusto! Tú deberías elegir con quién y cuándo casarte.

Narcissa no respondió, cerró los ojos para calmar las ganas de llorar.

Su hermana mayor, Andrómeda, había sido comprometida hace tres años con Lucius Malfoy mientras que Bellatrix hace dos sabía que se casaría con Rodolphus Lestrange y ella finalmente sabría con quien iba a compartir su vida luego de aplazarlo tanto.

Sintió unos brazos cálidos que la envolvieron y poco a poco se iba relajando con su presencia.

-Perdón Cissy, no quería hacerte sentir mal pero me indigna mucho que te hagan pasar por esto. Siempre voy a estar para lo que necesites, ¿entendido?

-Gracias, Jamie.

─═✧༼✧═─

Narcissa terminó de arreglarse, estaba a unos minutos de conocer a su prometido.

Habian alargado su tortura hasta las vacaciones de invierno para hacer oficial el compromiso.

Mentiría si dijera que no se sentía nerviosa, sus manos temblaban y si no fuera por el maquillaje que uso en su rostro, se podría ver lo pálida que estaba.

Tomo una respiración honda y exhaló con lentitud. Cuando se sintió preparada salió de su habitación.

Bajó con calma, sintiendo que flotaba. Su madre, Druella, la esperaba al final de las escaleras. La analizó de pie a cabeza y asintió en aprobación.

-Acompañame, Narcissa. Tú padre nos espera en el despacho.

La siguió a paso lento, estaba sintiendo que el aire salía pero no entraba a sus pulmones de vuelta.

Estaba a punto de decirle a su madre que le diera un minuto para respirar cuando abrió la puerta del despacho. Dos hombres se levantaron cuando Druella entró. No le quedo de otra que entrar con temor.