Herederos perdidos

11. Amor en tiempos de guerra.

Drake despertó por los rayos del sol que le daban en la cara. Abrió lentamente los ojos y sintió algo en su boca. Un mechón del cabello de Minnie estaba dentro de ella y con sumo cuidado lo apartó.

Minnie estaba abrazada a él aún durmiendo. Sonrió recordando lo que había pasado la noche anterior.

Después de ese primer beso entre ellos siguieron besándose por algún tiempo más, después de eso conversaron de todo y nada aún abrazados hasta que se quedaron dormidos.

Esa noche había descansado mejor que nunca.

Buscó la hora con la mirada y vio que era poco más de las nueve de la mañana así que con mucho cuidado quitó los brazos de Minnie y la acomodó en la cama y se levantó.

Fue a darse un baño rápido y a hacer el desayuno.

Preparó unos panqueques con jugo de naranja, algo de fruta picada y maple.

Sintió una mirada y volteó hacia el arco de la cocina y miró a su pelinegra recargada ahí que lo observaba con una sonrisa.

-Diría que me podría acostumbrar a esto, pero ya lo estoy -camino y se sentó en la pequeña mesa-. Ven, hay que desayunar.

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Transcurrieron algunas semanas en las que decidieron quedarse en Londres no mágico para no levantar sospechas pero aún así, manteniéndose al tanto de lo que ocurría en el lado mágico.

Distribuían su tiempo entre elaborar pociones, entrenar hechizos y salir un poco a mantener vigilado lo más que pudieran las calles de Londres.

Drake dedicaba todas sus mañanas a elaborar pociones curativas, remedios que ayudaban a contrarrestar los venenos y otros peligros, por lo que Minnie aprovechaba ese tiempo para salir y explorar el lado mágico.

Tenía un objetivo y planes que no podía compartirle a Drake y a veces la culpa la carcomía.

Poco a poco su relación iba evolucionando muy bien. Su trato no había cambiado mucho a lo que ya era antes, solo que ahora esos abrazos cariñosos siempre terminaban en sesiones de besos largas y últimamente en besos calientes que la hacían ruborizarse.

Minnie sentía un poco de miedo por lo que evitaba hablar con él cada vez que quería hablar sobre su relación. Lo esquivaba hábilmente o sutilmente le cambiaba el tema de conversación.

Temía que algo les pudiera ocurrir y que todo terminara tan pronto. Prefería aquellos momentos de tranquilidad que le otorgaba Drake además, tenían tantos años de conocerse que sentía que esas formalidades estaban de sobra.

Caminaba por el espeso bosque que estaba cerca de Wiltshire, atenta a cualquier avistamiento de algún enemigo pero sabía que eso era imposible. Lanzó un par de hechizos de prevención y se aseguró de que el perímetro estuviera a salvo.

Sonrió con suficiencia, alegre por su alto nivel de eficacia.

Caminó unos metros más y se detuvo detrás de unos arbustos.

Saco de su mochila un par de libros y los desapareció a su nuevo destino.

Solo esperaba que aquello estuviera siendo de ayuda.

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Harry estaba frotando sus manos y las ponía cerca del fuego.

Aquel diciembre estaba siendo mucho más frío que años posteriores.

Se encontraba solo aquella tarde de invierno como era común esos últimos días. Desde que Ron se había marchado debido al guardapelo, sentía que su cordura se había marchado de vacaciones.