15. Últimos preparativos.

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Harry ayudó a Narcissa a limpiar y curar las heridas de Daphne, siendo lo más cuidadosos posible.

La rubia de vez en cuando temblaba y su respiración seguía siendo superficial, temían que necesitara atención médica más especializada que ahí no podían darle ellos.

Tras un par de horas de arduo trabajo se sentían agotados.

Habían conseguido limpiar todas las heridas de la chica y algunas de ellas incluso pudieron hacerlas cicatrizar con magia sin dejar marca, pero hubo otras pocas que lamentablemente dejaron un pequeño recordatorio de sus heridas.

En especial la del brazo izquierdo un poco más arriba del codo.

Harry le contó a su tía como fue que Bellatrix Lestrange la había retenido, que la había torturado y que era muy posible que aquella palabra ella se la hubiera hecho.

Por más que intentaron curarla y hacerla desaparecer, permanecía en su piel como si de un tatuaje al rojo vivo se tratará.

El odio que sentía Narcissa en contra de su hermana solo incrementó un poco más debido a lo que le hizo a Daphne.

Si bien, los Greengrass les habían dado la espalda, sus hijas estaban pagando los errores de sus padres y eso era algo muy triste de ver para una madre como ella.

Si ella hubiera estado en la posición de ellos, jamás hubiera permitido que su hijo pasara por aquello.

Su pequeño dragón...

Sacudió la cabeza para ahuyentar cualquier pensamiento sobre su hijo, no era momento de ello, ya después por la noche podría encerrarse y llorar por el pequeño que no pudo crecer a su lado.

Acarició el rebelde cabello de Harry y lo abrazó.

-Tranquilo querido, ella estará bien.

Harry se aferró al abrazo de Narcissa y observó a la rubia que estaba en aquella cama con preocupación.

-Eso espero tía.

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Ron daba vueltas por uno de los pasillos cerca de las habitaciones del tercer piso, específicamente en donde una castaña y una rubia estaban adentro.

Luna había subido a Astoria Greengrass a su habitación y llevaban horas sin saber de ellas.

Recordaba muy poco a la pequeña Slytherin en el colegio, siempre andaba detrás de su hermana mayor.

Era una chica callada y tímida, algo inusual en una serpiente.

Muy rara vez la vio molesta o incluso siendo cruel con alguien pero cuando sacaba su veneno era alguien digna de la casa de Salazar Slytherin.

Y era muy bella, eso no lo podía negar.

Si sus cálculos no fallaban, ella tenía alrededor de unos dieciséis años de edad.

Al ser un año menor que Daphne y él, sus caminos habían estado alejados, además, no menos importante, ella habia sido criada para ser una purista de sangre y seguidora de Voldemort.

O eso creía antes de ese día.

Cuando la vio en aquella celda en ese estado, una parte dentro de él le exigía que velará por ella, que la cuidara y protegiera de que nada malo le pasara.

Y eso haría. Se había puesto como propósito el cuidarla y ver que no la lastimaran nunca más.

No importaba lo que los demás pensaran o fueran a decirle.

Herederos perdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora