33

155 27 3
                                    

Siempre seré alguien que las personas puedan encontrar y les recuerden a quien extrañen, odio mi personalidad.

Sarah-

🍁

— ¿Ya te sientes mejor? — preguntó y se acostó a su lado pero Sarah seguía llorando.

— Es mi culpa que se vaya, estaba acostumbrada tanto a vivir con ella. Sería muy raro que ahora viva sola. — sus lágrimas ya no eran tantas a comparación a cuando había llegado

—No es tu culpa, no puedes controlar lo que las otras personas sienten por ti y tampoco lo que sientes por ellas, no te vas a obligar a amar a alguien que simplemente no amas y tampoco vas a fingir porque dañarías a la otra persona.

Había dejado de llorar, solo estaba en silencio disfrutando la calidez de los brazos de Aki, estar ahí le gustaba, la cama de el era cómoda y su brazos también era de las mejores sensaciones.

— No quiero vivir sola, me da miedo y con lo que gano apenas me alcanza — suspiro. — ¿crees que debería aceptar el dinero que mis padres me quieren dar? no, si lo hago solo le daría la razón a mis hermanos. Que idiota.

—Es difícil estudiar, trabajar y tener que mantenerte al mismo tiempo, has de estar pensado que yo que voy a saber sobre eso pero Sarah hace unos años intenté vivir por mi propia cuenta, y comencé a rentar un departamento, conseguí un buen trabajo pero estudiar arquitectura es muy difícil y entre que tenía que estudiar entregar miles de tareas y trabajar me costó mucho y al final solo termine en el hospital por tanto estrés, entonces si tienes la posibilidad de aceptar ayuda de parte de tus padres hazlo.

—Es que mis hermanos

—A tus hermanos no les debería importar si tus papás te dan dinero, creo que ellos estarían más tranquilos si saben que tus padres te están ayudando y no tienes tantas responsabilidades.

— Ojalá fuera así — aquella habitación le producía un sentimiento extraño, hablar con el en ese momento era extraño. — pero creo que intentaré llevar mi vida yo sola, debo acostumbrarme para cuando acabe por completo la universidad.

—Suenas muy convencida pero al menos en lo que buscas otro lugar para vivir quédate en mi casa por unos días, yo no tengo ningún problema.

—No, no te preocupes igual Michiko me ayudara a pagar está última renta y después se irá así que tengo tiempo para buscar un lugar más barato y que no me quedé tan lejos.

—Puedo pasar por ti en las mañanas.

Sarah se giro para mirarlo, la primera vez que lo hacía desde que llegó a su casa.

—Si, pero solo los días donde nuestros horarios coincidan porque no quiero hacerte levantarte más temprano para que vayas por mi o yo tener que despertar más temprano para irme contigo.

Aki podía decir con facilidad que le gustaba a Sarah, que le desagradaba, su color favorito, su comida favorita, a qué le tenía miedo, quien era su ex novio e incluso podía hablar de su familia pero ¿en verdad la conocía? O tan siquiera ¿Sarah conocía a Aki?

Si se conocían, conocían la parte superficial, la parte que la mayoría de gente conoce al principio. Esa parte que cualquiera podría descubrir con facilidad pues no es tan difícil como parece, pero también conocían como debían actuar el uno con el otro, sabían que es lo que la otra persona deseaba escuchar, cómo le gustaría ser apoyado y sobre todo sabían por lo que habían pasado anteriormente.

Sarah en lo personal era demasiado parecida a Himeno, tanto que Aki muchas veces imagino que la persona con la que hablaba era su ex novia y no Sarah, daba miedo su parecido tan exacto y Aki se sentía culpable por eso, Sarah en verdad le gustaba demasiado pero se sentía culpable por la comparación que hacía.

— ¿Estás bien? — preguntó Sarah alejando su rostro de su pecho dónde estaba acostada intentando dormir un poco.

— Si. — le mostró una sonrisa y acarició su cabello.

Pero sus actitudes eran similares y ya no podía evitarlo, le pedía disculpas una y otra vez pero no sé atrevía a decirlo en voz alta, no aún, no era el momento. Error.

Tal vez debió ignorarla cuando la vió sentada dibujando en el techo del cuarto de limpieza.

Sarah se dió la vuelta y quedó de espaldas, abrió los ojos pues no podía conciliar el sueño, su mirada divagó por toda la habitación mirando hasta el más mínimo detalle y entonces sonrió con más emoción cuando vió que el dibujo que le había dado estaba en un portaretratos en su escritorio.

—Te amo Sarah.

Sus palabras la tomaron por sorpresa, pero la hicieron feliz, se escuchaba sincero con lo que decía y posiblemente con lo que sentía.

—Yo también Aki.

Las palabras de ella habían sido más sinceras y dolorosas ¿que más quedaba?

Solo el arrepentimiento.

Instant CrushDonde viven las historias. Descúbrelo ahora