¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Entrar a la UA para un entrenamiento conjunto nunca había sido parte de mis planes. Sin embargo, después del incidente con el villano de lodo, parecía que mis planes poco importaban. Caminaba por los pasillos conocidos de la UA, sintiendo la mirada de algunos estudiantes curiosos que se preguntaban por qué alguien como yo, una exalumna y heroína profesional, estaba de regreso aquí. All Might había insistido en que sería un buen ejercicio, no solo para Touya y para mí, sino también para los estudiantes. Aunque había cierto orgullo en demostrar mi experiencia, algo dentro de mí se sentía un poco inquieto... especialmente porque Touya también estaría aquí.
Cuando finalmente llegamos a la sala de entrenamiento, vi a los estudiantes de la Clase A esperando instrucciones. Entre ellos, reconocí de inmediato al hermano menor de Touya, Shoto Todoroki. Shoto siempre había sido especial para mí; lo conocí cuando era un bebé, y con el tiempo había sido como un pequeño hermano que cuidé desde lejos mientras crecía. No pude evitar sonreír al verlo, con esa expresión seria y decidida que tanto recordaba de cuando era niño. Sin dudarlo, me acerqué a él y le di una palmada suave en el hombro.
—¡Shoto! —dije, sin contener el afecto en mi voz—. Mírate, ¡te has vuelto tan fuerte y alto! ¿Recuerdas cuando te cargaba? Creo que podría intentarlo de nuevo, aunque me gane unos cuantos regaños.
Shoto me miró, sorprendido, y luego me dio una sonrisa pequeña pero genuina, ese tipo de sonrisa que no regalaba a cualquiera.
—Saori, no esperaba verte aquí. —Su tono era serio, pero había un brillo en sus ojos que me hizo recordar al niño dulce y tímido que solía ser.
Mientras hablábamos, noté que Touya observaba nuestra interacción desde el otro lado de la sala, sin apartar la mirada. Su expresión era difícil de descifrar, como si estuviera procesando una mezcla de emociones. Me pregunté si sentía celos, no de Shoto, sino de la cercanía que alguna vez habíamos compartido y de los recuerdos que tenía de esa época.
El entrenamiento comenzó, y la Clase A se agrupó en equipos junto a Touya y a mí. All Might y Endeavor habían establecido varias rondas de combate con "villanos simulados," y los estudiantes tendrían la oportunidad de aprender tanto de nuestra experiencia como de su propio trabajo en equipo.
La primera ronda de combate fue contra unos villanos simulados que imitaban ataques de largo alcance. Los estudiantes se dispersaron, y Touya y yo tomamos posiciones para guiar el equipo. Shoto estaba a mi lado, y noté que su control sobre su Quirk de fuego y hielo era mucho más estable y refinado que antes.
—Vamos, Shoto, muéstrame lo que tienes —dije, animándolo con una sonrisa.
Shoto asintió y lanzó una ola de hielo hacia los "villanos," bloqueando sus ataques. Aproveché su maniobra para activar mi Quirk, envolviendo el hielo con una barrera de protección mágica que los dejó expuestos a los ataques de los otros estudiantes.
Cada vez que un enemigo simulador intentaba romper el hielo o escapar, Shoto se movía con precisión para cubrir los huecos. Miré hacia donde estaba Touya; él coordinaba los ataques del resto del equipo con la misma habilidad y determinación que siempre había mostrado. A pesar de nuestras diferencias, nuestra sincronización era sorprendente, y parecía que los estudiantes notaban el equilibrio que manteníamos entre nosotros.
Al terminar la primera ronda, los estudiantes se agruparon, algunos comentando la técnica de Touya y otros el control que había mostrado Shoto con sus habilidades. Yo me acerqué a Shoto mientras él tomaba un respiro.
—Tu dominio sobre el hielo es impresionante, Shoto. —Dije, dándole una sonrisa de orgullo—. Has crecido mucho desde la última vez que te vi en combate.
Él asintió, pero noté un brillo en sus ojos que parecía buscar algo más que mis palabras de aliento.
—Siempre he admirado tu Quirk, Saori. El equilibrio que tienes entre magia y fuerza... es algo que me gustaría aprender.
La sinceridad en su voz me conmovió, y me di cuenta de que, en cierto modo, mi presencia aquí era una inspiración para él, tanto como lo era Touya. Pasamos los minutos de descanso hablando de nuestras experiencias en combate, y en cada momento le daba consejos, mientras él escuchaba atentamente. No podía evitar sentir ese instinto protector hacia él, ese afecto que siempre había tenido desde que era un niño pequeño.
Sin embargo, mientras hablábamos, sentía la mirada de Touya en nosotros, y al girarme, lo vi mirándonos con una mezcla de curiosidad y algo más. No pude evitar sonreírle desde la distancia; sabía que esta conexión con su hermano era una parte de mi historia que él no siempre había compartido, y quizás verlo me hacía comprender que mi relación con Touya era tan inevitable como mi afecto por Shoto.
En la segunda ronda de entrenamiento, All Might elevó la dificultad. Los enemigos simulados atacaban con movimientos rápidos y ataques físicos, empujando a los estudiantes y a nosotros al límite. Touya y yo tomamos posiciones nuevamente, confiando en que nuestros movimientos se entrelazarían de manera precisa.
Uno de los villanos se abalanzó sobre Shoto, y sin pensarlo, activé mi Quirk, generando un campo de energía mágica para protegerlo. Shoto retrocedió y, en un instante, Touya intervino, lanzando una llamarada intensa que desvió al enemigo. Durante unos segundos, los tres trabajamos en una alineación perfecta; era como si el tiempo se detuviera, como si el pasado y el presente se unieran en un solo momento de equilibrio.
—¡Buen trabajo, equipo! —grité mientras el enemigo caía derrotado.
Shoto y Touya intercambiaron miradas, y vi en ambos esa misma chispa de respeto que compartían, aunque no siempre lo expresaran. Al final de la ronda, nos reunimos para recibir las indicaciones de All Might y Endeavor. Podía notar la mirada crítica de Endeavor, como si cada interacción entre nosotros fuera una amenaza para el plan que él había imaginado.
Al final de la jornada, la mayoría de los estudiantes se retiraron, aunque algunos aún se mantenían en la sala de entrenamiento, conversando entre ellos o esperando las últimas indicaciones. Touya se acercó, y pude notar en su rostro una mezcla de cansancio y una especie de curiosidad contenida.
—Pareces disfrutar mucho cuidando a Shoto —comentó, con un tono de voz más suave que de costumbre.
—¿Celoso, Touya? —respondí en tono juguetón, recordando todos esos momentos en los que cuidaba a Shoto cuando él no estaba cerca.
Él rió suavemente, sin negar ni afirmar. Nos quedamos en silencio, compartiendo una sonrisa cómoda, y supe que, a pesar de los obstáculos que se interponían entre nosotros, él reconocía la importancia de este vínculo.
—Quizás... —dijo al final, sus palabras saliendo con cierta dificultad—, podríamos cenar luego de aquí. Digo, para "festejar" que no terminamos calcinados ni convertidos en hielo por mi hermano.
No pude evitar reírme ante su intento de invitación indirecta, pero acepté de inmediato. Aunque este tipo de interacciones con él eran raras, se sentía como una señal de que, poco a poco, ambos estábamos dispuestos a recuperar algo que había quedado perdido en el tiempo.
Antes de irnos, me acerqué a Shoto una última vez, dándole un abrazo rápido pero cariñoso.
—Fue un honor trabajar contigo, Shoto. Espero que algún día podamos enfrentarnos en una batalla de verdad.
Él asintió, y por un segundo, creí ver un destello de orgullo en sus ojos. Al alejarme, vi a Touya esperando en la entrada, con una expresión relajada y una chispa de satisfacción. Había logrado algo importante, no solo en el entrenamiento, sino también en la relación que estábamos comenzando a reconstruir.
Mientras caminábamos hacia la salida, sentía la mirada de los estudiantes de la Clase A, susurrando entre ellos sobre lo que habían visto. Sabía que mi tiempo en la UA hoy no solo había sido una experiencia para ellos, sino también para mí y Touya.