Capítulo 4
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Holly Ross
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Presente
He conducido por dos horas, jamás había ido a tan alta velocidad. «¿Cómo llamas a unos padres y les dices: "su hija acaba de ser secuestrada"? Yo lo he pensado de todas las formas posibles y aún no sé cómo hacerlo.
La llamada me manda de nuevo al buzón «maldita sea», ni Luna ni Jay atienden, no sé donde puedan estar, tengo que hablar con ellos, tengo que decirles, aún no deben saber lo que le ha ocurrido a Kaelyne. Dejé a Gina con Ray, tomé mi auto y arranqué a Beverly Hills, ellos estarán a salvo mientras me tengan lejos, yo debo encargarme de mi familia.
Me siento tan confundida, creí que esta pesadilla de Marcus había terminado y ahora vienen por mí, se llevan a Kaelyne, «¿qué está pasando? ¿Por qué ahora después de tantos años?», me pregunto.
No puedo llamar a la policía, estas personas que me han buscado por años son más que criminales, son lo peor de lo peor, y no confío en nadie para ayudarnos. Nos zafamos de ellos una vez y tenemos que encontrar la manera de hacerlo de nuevo.
Ya estoy llegando a la ciudad, hago un intento más con Luna, pero no atiende. Reviso mis contactos, «demonios», mis manos siguen temblando, el nudo insoportable que siento en la boca del estómago solo ha ido empeorando con cada segundo que pasa sin saber de mi sobrina. «¿Por qué ella?»
Marco, el número de la subdirectora de la academia de Luna, si no me equivoco está a cargo desde que nació Jade.
—¿¡Ayleen!? —atiendo, casi gritando, al fin alguien responde.
—¿Sí? Buenas tardes, ¿con quién hablo?
—Soy Holly Ross, la cuñada de Luna, necesito comunicarme con ella, ¿de casualidad sabes en donde se encuentra?
—Oh, bueno, la última vez que le hablé, estaba en su casa y dijo que vendría a la academia más tarde, eso fue hace unas tres horas, quizá ya salió para acá.
—De acuerdo, gracias —le digo y cuelgo.
Tal vez estoy siendo maleducada, pero justo ahora no puede importarme menos. Cruzo el auto tomando la vía hacia la casa de mi hermano, realmente espero que estén allí. Sin embargo, no dejo de intentar llamarlos.
Derrapo con el auto frenando de golpe frente al portón de la gran casa. Me bajo corriendo y toco repetidas veces el timbre. Al cabo de unos segundos observo las cámaras moverse en mi dirección y el portón comienza a abrirse.
Paso de inmediato y corro por la vía de cemento hasta el frente de la casa. El auto de Luna está estacionado allí y ella se encuentra terminando de subir en su silla a Jade.
—¿Holly? —dice completamente extrañada y sorprendida, al cerrar la puerta del vehículo—, ¿qué estás haciendo aquí, nena? ¿Por qué tan exaltada...?
—¡Escucha! —la interrumpo parándome frente a ella—, los he estado llamando por horas.
—Oh, lo siento, he estado como loca, y apenas logré arreglarnos para salir, no he visto mi móvil, lo tenía cargando.

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#5 La Red
AcciónSeis años han pasado desde los eventos narrados en "Sonidos Mudos", pero la historia de nuestros personajes está lejos de alcanzar un "final feliz". La vida les ha mostrado una y otra vez que no siempre tenemos el control sobre nuestro destino. No e...