Capítulo 18

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Capítulo 18

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Magda Dass

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           Observo el papel que Adrika me dio, es la ubicación de la oficina de Príamo acá en la casa.

         —Jeray —lo llamo a través del audífono.

        —Maggie —responde—, ¿Qué puedo hacer por ti?

         —Necesito que hackees las cámaras de seguridad de la casa y me guíes para llegar a la oficina de Priamo, está en el lado este de la casa, una puerta de seguridad color beige.

         —Sencillo, dame unos segundos.

         —Buscaré un momento conveniente y volveré a contactarte —le digo.

       —Hecho.

        Regreso a dentro de la fiesta y acepto bailar una canción con James.

         Príamo y Ionela son llamados por algunos reporteros, mientras ellos reciben fotografías y entrevistas, esta es la oportunidad. Me escabullo por uno de los pasillos.

         —¿Estás? —le pregunto a Jeray a través del audífono.

          —Estoy —responde—, tengo las cámaras cubiertas, avanza por el pasillo a tu izquierda, ve despacio hasta el siguiente cruce y aguarda, tengo un punto ciego.

            Hago lo que me dice. Es irónico como al colocar cámaras en su casa, pensaron que eso los mantendría a salvo y es precisamente el medio que ha hecho fácil robarles.

         —Escucho movimiento, unos pasos viniendo del corredor —le informo, saco mi polvo para el rostro y con el espejo logro ver a un sujeto vigilando el pasillo—, ¿tienes otra ruta?

         —Regresa y cruza hacia la derecha, encontrarás una puerta corrediza, entra allí y luego cruza en el segundo pasillo —responde.

         Hago lo que me dice, intento hacer el menor ruido posible con la puerta, y dejarla tal como la encontré.

         —Sube los escalones, cruza a la izquierda, es la segunda puerta.

         Parece una puerta de seguridad, tiene entrada electrónica, con una pequeña pantalla para ingresar contraseña. Así que saco de mi bolso lo que parece un espejo pequeño de dama, pero es un instrumento para descifrar códigos. Lo coloco frente a la pantalla y una luz roja lo escanea; la pantalla se enciende y se escucha un pequeño pitido y se coloca de color verde.

        «Perfecto». Abro la puerta despacio y automáticamente la luz se enciende. Cierro detrás de mí y examino el lugar, es una oficina amplia, con hermoso mobiliario en cuero y madera. Me dirijo directo a la computadora, la enciendo y conecto el pendrive.

        —Tu turno —le digo a Jeray.

        —Lo tengo, comenzaré a copiar, cuando veas que llegue al 100 % sal de ahí —me dice.

        —Entendido.

        Los archivos se van cargando con rapidez, ya van por el 75 % y solo han pasado pocos minutos.

       —Maggie —me llama—, tendrás compañía.

       «Me lleva...»

       Me coloco detrás de uno de los estantes, justo cuando la puerta se abre y se cierra.

#5 La RedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora