Capítulo 11

25 6 29
                                    

 Capítulo 11

╭══════•>✾<•══════╮

Magda Dass

╰══════•>✾<•══════╯

           Otro bosque... Estos ambientes revuelven muchos recuerdos en mi interior que he luchado por bloquear desde hace años.

          Mishaal y yo dejamos el auto entre arbustos y comenzamos a caminar con sigilo hacia el túnel que nos llevará al área subterránea del complejo. El sol está cayendo, aunque es más riesgoso entrar allí con tanta oscuridad, eso nos cubrirá más.

          Salimos finalmente del follaje y encontramos la reja en el suelo, es delgada y fácil de quebrar, por supuesto nadie la reforzaría, ningún loco entraría por este inundado túnel, excepto nosotros.

         Mishaal pasa junto a mí con un tubo en su mano, se arroja al hueco poco profundo de tierra. Da un par de pasos hasta la reja, el agua que sale de ella le llega a las rodillas, entierra el tubo en un punto de la reja y haciendo presión la revienta, esta cruje mientras la fuerza con sus brazos sacando la mitad, lo que nos da suficiente espacio para entrar.

           Observo el túnel oscuro y lleno de agua que le sigue a la reja, no sabemos que tan profundo está, es una largo camino por nadar. El sonido del agua y la oscuridad hacen que ese hormigueo desagradable regrese a mis muñecas, de inmediato arrojo ese pensamiento fuera de mi mente, es un trabajo, simple y sencillo, puedo hacerlo.

          Mish sale del hoyo con un salto, toma el bolso y comienza a buscar el equipo, me acerco a él y tomo mi bolso para hacer lo mismo.

          —No —dice con seriedad, su mano detiene las mías.

         —¿No, qué? —cuestiono alzando una ceja.

         —Tú no vas a entrar ahí —afirma.

         —Es el trabajo, claro que entraré —frunzo el ceño.

         —Magda, no hay manera en el mundo de que te deje entrar ahí —se sienta en una roca, mientras se coloca el equipo—, yo nado más rápido, llegaré en un momento y tú cubrirás mi salida, por eso somos dos, haz lo que haces mejor y déjame hacer lo que yo hago mejor.

         Sé que tiene razón, sin embargo, no lo está haciendo por eso, lo cual me molesta mucho.

          —No lo estás haciendo por eso —refuto— deja de protegerme Mishaal —elevo mi tono—, eso del hermano quedó atrás hace muchos años.

         —Sabes a qué se parece ese pozo —alza la voz también, su rostro enojado.

         —¡Sí! Sé a qué se parece —las cicatrices de mis manos pican, haciendo que la ira se encienda más en mi interior—, ¡No tengo 15 años!

         —¡Eso no cambia lo que pasó! —grita— me importa un demonio lo que sea que creas que haces con tu mente, si la controlas o no, es tu problema, pero yo no dejaré que entres allí —se levanta acercándose a mí—, si te metes a ese maldito hueco —lo señala—, me pierdes —amenaza— completamente.

          Sus palabras me cortan como un cuchillo, él es la única familia que tengo y lo sabe, el único rayo de sentimientos que me permito sentir... Mantengo mi rostro firme y desvío mis ojos de los suyos, sin decir nada más.

        Mish se aleja, se quita la chaqueta y el pantalón quedándose solo en el traje de buceo, guarda todo en el bolso y se coloca la máscara y el oxígeno.

#5 La RedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora