Capítulo 14
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Magda Dass
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En un rato va a oscurecer, cada familia se encuentra en sus habitaciones descansando y preparándose para salir de aquí, dejaremos este lugar como si nunca lo hubiese pisado un alma.
—Hey —me llama Cleo, entrando al área de gimnasio—, sabía que estarías aquí —sonríe—, no puedes, simplemente, ir a tu habitación y descansar, como la gente normal.
—No somos gente normal —me encojo de hombros—, además, hay que estar alerta de las áreas, es el trabajo.
Cleo deja los ojos en blanco. —"El trabajo", claro...
Niego. —¿Por qué me buscabas? —indago.
—La verdad no lo hacía, buscaba a Amalia o Karol.
—¿Quiénes?
—Las agentes encargadas de la cocina y limpieza —explica, como si fuese obvio, pero la verdad no les he prestado atención.
—Aja, ¿qué pasa con ellas?
Cleo avanza y se sienta en una de las máquinas. —Nada en particular, es solo que desaparecieron después de que Brice se fue.
—Tal vez él les dijo que ya no eran necesarias —afirmo.
—Sí, es posible.
La puerta se abre y el tipo rubio entra. —¿Se puede? —pregunta.
—Clay —dice Cleo, sonriendo—, pasa, solo hacemos ejercicio para pasar la noche —asegura con ese tono de sarcasmo.
Niego y regreso a mis pesas. —"Hacemos" es contar a muchas personas —afirmo y continúo con mi rutina.
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Transcurre alrededor de una hora. Dejo las pesas a un lado tomando un poco de aire, me levanto, recojo mi termo con agua y tomo un trago.
El tipo rubio, Clay, se llama, está metido en su teléfono, con una pesa en la otra mano, según él haciendo ejercicio. Intenta disimular una sonrisa mientras escribe, parece un adolescente.
—Sabes que Mish va a matarte si sigues con eso —volteo hacia Cleo, su mirada está fija en él, su voz llena de advertencia.
Él entrecierra los ojos en su dirección, la sonrisa se desvanece, como si la estuviese callando con la mirada, ella mantiene su expresión, está hablándole en serio. —Ya lo sabes —agrega.
Sin entender que se traen, dejo que sigan con su competencia de miradas amenazantes y camino hacia el ventanal, este cubre una parte del gimnasio, y está tapado por una persiana gruesa color gris; hago a un lado un espacio de la misma fijándome en los árboles que se forman frente a la casa.
Está comenzando a oscurecer, así que las luces del exterior se van a encender en cualquier momento. Un movimiento rápido entre las hojas capta mi atención, puede ser un animal, no obstante, algo en mi interior dice que no lo es.

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#5 La Red
ActionSeis años han pasado desde los eventos narrados en "Sonidos Mudos", pero la historia de nuestros personajes está lejos de alcanzar un "final feliz". La vida les ha mostrado una y otra vez que no siempre tenemos el control sobre nuestro destino. No e...