One shots F1 (Hot)

Carlos Sainz 🏎 (3)

🔥Vibraciones🔥

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El español se estaba terminando de arreglar en el baño, peinándose frente al espejo. Tenían una cena familiar hoy, por lo que no podían llegar tarde. Solo le faltaba la camisa, luego de eso ya tendrían que irse.

Regresó al cuarto, demasiado ensimismado en las agujetas de sus zapatos.

-Amor, ¿has visto mi...?

Pero no pudo terminar su oración.

Su novia estaba en la cama, completamente desnuda, dándose placer con la camisa que Carlos iba a usar esa noche, o mejor dicho, contra la camisa.

Regularmente es un metódico con esas cosas, odia llegar tarde, y si algo se sale de su plan previamente establecido podía lograr que perdiera la cabeza. Y obviamente, los fluidos de su novia manchando su camisa blanca de cachemir significa un imprevisto.

Pero no podría enojarse con ella. No después de verla tan concentrada en su labor, con los ojos cerrados, sus pechos rebotando, mordiendo su labio inferior. Su intimidad restregándose contra el pedazo de tela, sus pliegues deslizándose y aferrándose entre los botones de la camisa. Carlos se percató de que justamente eso parecía volverla loca. La sensación de los botones rozando su zona más sensible, jamás se lo hubiera imaginado.

Se recargó en el marco de la puerta, con los brazos cruzados, en espera de que su pareja se percatara de su presencia, pero al ver que seguía en lo suyo, decidió intervenir.

-¿Esa es mi camisa nueva, amor?

La chica se detuvo a medio vaivén, sus mejillas enrojecidas le indicaban que estaba algo avergonzada por eso.

-Creí que te estabas arreglando en el baño...-

-Me falta mi camisa, pero creo que voy a tener que usar otra.- respondió señalando el pedazo de tela, brilloso y húmedo a causa de ella.

Pero la chica no se inmutó ante eso, ni cuando Carlos se acercó al borde de la cama para acomodar su cabello.

-¿Interrumpí algo?

-Solo mi orgasmo.

-Si quieres puedo dejarte sola con mi camisa un rato más.- bromeó.

-No, ya te tengo aquí...- lo tomó de la bragueta y lo acercó a ella.

-No, no. Ya vamos tarde, más después de esto, y ni siquiera te has vestido.

-Vamos, Chilli, no puedes dejarme así...- lo incitó.

-¿Crees que mereces algo de mí? ¿Después de que arruinaras mi camisa, y nos hicieras llegar tarde a la cena?

-¿No vas a hacerme nada?

La miró a los ojos, demasiado hipnotizado por su belleza y sus mejillas enrojecidas.

-Te diré qué vamos a hacer. Tú quieres tener contacto, yo quiero castigarte...- caminó hacia su mesita de noche y sacó un vibrador color rojo.

-¿Rojo? ¿Por qué no le imprimes el escudo de Ferrari también?

-Te lo vas a poner, y yo voy a controlarlo toda la noche, como quiera y cuando yo quiera, ¿escuchaste?

-¿Y si no quiero?

-Mi amor, te acabas de follar una camisa de 2000 euros, no tienes opción.

La chica le sonrió, recostándose en la cama, quedando a merced del español.