One shots F1 (Hot)

Daniel Ricciardo🏎️ (95)

🔥Improvised gift🔥

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Feliz San Valentín, amigas. Disfruten :)

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El trabajo había sido pesado. Llevo dos semanas prácticamente viviendo en la oficina, desentendiéndome de la hora y de cualquier destello de realidad que ocurra fuera de estas cuatro paredes. Todo últimamente habían sido papeles, contratos y firmas, y mi comida más fuerte de estos últimos días había sido un sandwich de Starbucks que ni siquiera tuve tiempo de terminar. Pero el café me había mantenido con vida al menos.

Así que cuando salgo de la oficina para irme a casa me siento liberada. Tendría un par de días de descanso, entonces podré dormir como dios manda finalmente finalmente.

Pero la sorpresa es evidente en mí cuando salgo de bañarme y lo primero que veo al regresar a la sala, es a Dani vestido con uno de sus trajes más elegantes mientras sostiene un ramo de peonias rosas contra su pecho. Su característica sonrisa de oreja a oreja me hace sentir en casa de inmediato, sabiendo que ahora estaba aquí conmigo.

— ¡Dan! — corro a abrazarlo, y entierro mi cara en su pecho cuando siento sus brazos acercándome más a él. — ¿Qué haces aquí? — pregunto con sorpresa, porque se supone que vendría la semana siguiente. Pero por el contrario, él me mira con confusión. Su sonrisa sigue presente, pero es una diferente a la que tenía cuando me vio.

— ¿Estás bromeando? — niego con la cabeza, algo confundida con lo que quiere decir. — Te dije que vendría especialmente para salir a cenar. — agrega como si fuera algo obvio.

— Ajá, en San Valentín.

— ¡Hoy es San Valentín! Te avisé de esto desde la semana pasada, y te lo recordé ayer.

No, imposible. Falta una semana para eso. Apenas hace poco me había avisado de su viaje. Está confundido, todavía tengo tiempo. Pero veo su cara transformarse a un semblante decepcionado y triste, y supe que la del error era yo.

— Puta madre.

— Lo olvidaste. — suelta como si ya lo hubiera visto venir.

— Es que... no... no sé en qué día vivo, perdón. — me disculpo, pero me rompe el corazón verlo vestido de traje, dejando caer el ramo de flores que había comprado para mí sobre la mesa. — Perdóname, en serio. He estado muy ocupada con otras cosas, pero podemos salir a celebrar de. todas formas, ¿sí? Déjame cambiarme.

Se queda en silencio un segundo. Su sonrisa es ahora solo un recuerdo, pero no dice nada que me indique cuál puede ser mi siguiente movimiento. Sus dedos tamborilean sobre la mesa, rozando los pétalos de las flores que yacen sobre la madera.

— La reservación es en menos de una hora. El auto llega en 20 minutos, y se suponía que tú ya deberías estar lista desde hace rato. No nos va a dar tiempo.

— ¡Sí! Voy a ser rápida, te lo juro. — camino con paso decidido hasta la habitación, pero ni él ni yo nos creímos esa mentira. 20 minutos tardo en elegir mi atuendo solamente, y el tiempo corre.

— ¿Recibiste el vestido que te envié? — pregunta a mis espaldas, y mi lenguaje corporal debió darle la respuesta. — Sí, por supuesto que no. Lo sé porque el servicio de paquetería me ha llamado todos los días desde hace una semana, diciéndome que no hay nadie en casa para recibirlo.

Soy una novia terrible. Él acaba de bajar de un avión que viene desde el otro lado del mundo, atravesando como 3 zonas horarias diferentes, y aún así venía con la mejor actitud... y yo ni siquiera pude acordarme que llegaba hoy.