C i n c o

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C a e l a n

Llegar al departamento después de la rueda de prensa, resulta más complicado de lo que esperé, pero, por fortuna, no pudieron seguirme por mucho tiempo, y llego sin que nadie aún se entere de mi dirección, aunque no sé cuánto tiempo pase para que eso cambie. Hoy he podido comprobar la intensidad de algunos medios, así que no tengo mucha fe.

Estaciono la camioneta y subo el elevador hacia mi piso. Cuando las puertas se abren, veo a Denzel sentando en el sillón con la televisión encendida. Llegó esta mañana, pero prefirió quedarse en casa porque sabía cómo se pondría todo el mundo. Él no quiere lidiar con todo eso.

—Nunca me imaginé que pudieras hablar tan bien frente a las cámaras.

Suspiro y me tiro junto a él.

—La verdad es que yo tampoco.

—¿Quieres beber algo?

—Whisky.

Lo veo ir al pequeño bar que instale y yo mientras analizo todo lo que pasó.

La gente literalmente enloqueció, los flases me apantallaron y mi celular no ha dejado de vibrar por notificaciones de mis redes sociales. Y es increíble, en verdad, pocas veces se le da tan buena bienvenida a una persona que llega a un equipo que ya funciona perfectamente, sin embargo a mí me están dando la oportunidad de demostrar que merezco estar aquí. Entonces, ¿por qué me siento así?

Claro que es una gran oportunidad, pero no hay... felicidad. Todo se ve tan monótono, como cuando estaba en Nueva York. Al parecer me equivoqué al creer que las cosas serían diferentes aquí. Y es que el problema no es la ciudad, el país, el equipo... si no yo. Soy yo el aburrido, el monótono, quien ha desperdiciado seis años de su vida en quien no piensa más en mí.

Soy un idiota. Ahora un idiota internacional. Supongo que eso es peor.

—¿Por qué te gusta esto? —Denzel huele mi trago y hace una mueca de asco—. ¿No te da resaca?

—No bebo para embriagarme.

—¿Entonces?

—Solo para pasar el rato, eliminar el estrés.

—Así empieza el alcoholismo —tomo el vaso y él se sienta de nuevo a mi lado—. Ahora ya no hay marcha atrás. Eres oficialmente famoso. Estás por todas las redes sociales.

—Solo quiero hacer mi trabajo, todo lo demás... no importa.

—No lo sé, puedes aprovechar tu fama para hacerle promoción a tu buen mejor amigo.

Sonrío, bebiendo de mi trago.

—Seguro.

—Puedo hacerte unas fotos.

Eso llama mi atención.

—¿No has tenido más trabajo de fotógrafo?

—No. ¿Por qué?

Sé que es sincero, pero, ¿por qué Aldahir no le llamó?

—Por nada —susurro, tomando de nuevo.

En realidad no me gusta el sabor, pero es lo más fuerte que conozco y usualmente me tranquiliza, algo que he buscado mucho los últimos años.

—¿Crees que... —me aclaro la garganta para poder seguir—, ella lo haya visto?

Denzel suspira.

—No lo sé. Tal vez. Salió en todos lados.

—Sí —asiento rápidamente, como quitándole importancia, pero la realidad es que sí me importa, y mucho.

Supongo que lo que me hace sentir molesto es que si lo vio, ahora sabe dónde estoy, ahora sabe a dónde venir y, sin embargo, no lo ha hecho. Pero lo que más me enfurece es que yo esté esperando a que lo haga. Si no lo hizo antes, ¿por qué volvería ahora?

El poder del amor #2 B.P [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora