El vídeo de nosotros dejando a Bruno en la escuela se filtró exactamente quince minutos después de que nos marcháramos de ahí. No fue muy alentador, pero casi me sentí aliviada porque no había ninguno donde Caelan golpeaba al chico. Bueno, mi alivio duró miserablemente poco. De alguna manera, consiguió recuperar ese vídeo y ya está por todos lados.
El chico, por mucho que me arda admitirlo, no fue ningún idiota. Se encargó de silenciar el vídeo para que nadie se enterara lo que dijo sobre Bruno y ahora anda un vídeo por ahí de Caelan luciendo colérico y siendo violento.
Es increíble como transforman toda la información para su beneficio. Pero no debería sorprenderme.
Entro a mi estudio, con las manos temblándome tanto que apenas puedo controlarme. Me obligo a respirar profundamente y quedarme quieta para ver a Caelan sentado en la silla, con el celular en su oreja. En cuanto salieron esas imágenes, Maya le llamó, y aunque se negó a responderle al principio, le pedí que lo hiciera.
Tenemos que saber hasta qué grado ha llegado esto.
—Bien —murmura, conteniendo la rabia muy bien—. No quiero escucharlo... pues qué lástima... —veo que tensa la mandíbula al escuchar algo nuevo—. Ni se te ocurra, Maya. Ninguno de ustedes me conoce molesto aún y si se meten con ella voy a destrozarles la puta vida.
Cuelga la llamada y se pasa las manos por el rostro, frustrado, molesto... arrepentido.
Quisiera ir a darle ánimos, pero la verdad es que no me siento capaz de hacerlo. Justo ahora tengo un nudo en el estómago horrible que casi me amenaza con hacerme vomitar.
—¿Qué dijo? —me obligo a preguntarle.
Él suspira antes de responder y por fin soltar la bomba.
—No me dejarán estar en los partidos restantes —que deje la frase en suspenso no hace más que empeorar la sensación de náuseas—. Y no podré volver. William me demandará por incumplimiento de contrato y me obligará a renunciar.
Eso significa que adiós al equipo.
Adiós a sus oportunidades.
Adiós a sus sueños de ser futbolista.
Ningún equipo se arriesgará a contratarlo después del escándalo, y si llegan a hacerlo, le ofrecerán mucho menos de lo que merece porque querrán aprovecharse de su desempleo. Y ni siquiera necesita el dinero, eso lo sé, pero recibirá un trato injusto y eso es lo que hace que mi sangre hierva.
No debería estar pasando toda esta mierda.
Me esforcé demasiado para que él no tuviera que abandonar sus sueños por mi culpa y ahora un maldito mocoso tiró todos esos esfuerzos a la basura. El horrible sabor de la culpabilidad empieza a amargar mi boca. Tal vez debí ofrecerle dinero a cambio de su silencio, pero en ese momento me sentí tan molesta de que estuviera arruinando un momento tan hermoso para todos nosotros que no puede pensar en las claras consecuencias. Sabía bien que estábamos en la cuerda floja y aun así decidí reclamarle.
La expresión de Caelan convierte toda esa culpa en ira.
Ira pura.
No hizo nada más que defendernos a mi hijo y a mí de un ser desagradable, y aun así lo están tachando como un violento en todo el mundo.
A Caelan no lo conocen molesto.
Pero a mí tampoco.
—Lo solucionaré —aclaro con la mandíbula tan tensa que empieza a dolerme—. Se acabó. No más amenazas o advertencias, meteré las manos al fuego y si todo se va a la mierda, me encargaré de que ellos también vengan con nosotros.
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El poder del amor #2 B.P [✔]
RomanceCaelan tiene una vida perfecta. Juega fútbol en el equipo perfecto, tiene una perfecta carrera y perfectas oportunidades. Y le agrada. Así su mente no piensa demasiado en la persona que su corazón tanto extraña. Pero cuando ella vuelve y pone todo d...