D i e z

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C a e l a n

Cuando tomas una decisión correcta, no debería doler tanto, ¿cierto? No se debería sentir como si te estuvieras sacando el corazón y lo echaras a una hoguera. Una decisión correcta no debería saber cómo un error. Pero lo hace, ese es justo el sabor amargo que tengo en la boca mientras conduzco de nuevo a casa, a dónde debí haber vuelto anoche, de donde no debí haber salido.

Las últimas horas habían sido una auténtica locura. Jamás en la vida creí que iba a volver a verla.

Alyssa Allen tenía una casa hermosa, una carrera, gente que la admira por quién es y no por quien sus padres siempre le exigieron que fuera. Y tiene un hijo. Un hijo tan pequeño y tan lindo que es como si ella mismo lo hubiera creado.

De alguna forma extraña, eso es lo que más tristeza me causa de todo eso.

Es verdad que Bruno parece una mezcla extraña entre los dos. Pero no es mío.

Bruno no es mi hijo.

Espanto las lágrimas de mis mejillas, y me aferro al volante, furioso conmigo mismo.

Ojalá lo fuera. Ojalá formara parte de su vida como lo hace Alyssa. Ojalá que cuando me miró por primera vez, no hubiera descubierto solo a un desconocido. Pero así están las cosas. Parece que siempre estaré destinado a ver la vida de Alyssa Allen desde afuera.

No siempre fue así.

Pudimos tenerlo todo, pudimos ser felices, pude darle seguridad y una vida maravillosa, sin embargo, me había dejado, había desechado todas nuestras posibilidades de estar juntos y aún ni siquiera me dice la razón. Ojalá hubiera tenido la fuerza para preguntárselo cuando tuve la oportunidad, pero no sé si quiero saberlo, porque ya estuve mucho tiempo equivocado pensando que siempre había estado esperando sus disculpas.

No quiero sus disculpas. No quiero que me pida perdón o que me mire con esos ojos llenos de culpa y arrepentimiento que ahora acechan mi mente. No quiero nada de eso porque no debería haber nada por lo cual disculparse. Yo debí haberla superado, haberlo superado todo hace años. Debí hacer mi vida y solo pensar en ella como alguien que fue de paso. Pero las he obtenido, lo que tanto deseé me ha sido otorgado, y la sensación no es la que imaginé.

Me dolió muchísimo escucharla rogar por mi perdón, como si creyera que me había destrozado la vida. En gran parte así fue, pero una parte de mí sigue tan conectada a ella que su dolor se siente como si fuera el mismo. Aunque intenté deshacerme de eso, aunque lo he intentado todos estos años, Alyssa Allen sigue siendo mi salvación, pero también mi perdición.

No puedo pensar claro cuando está cerca. Digo cosas que no debería decir. Pregunto cosas cuyas respuestas no debería conocer. Y quisiera culpar al alcohol, en serio, todo sería más fácil, pero no empezaré a echarme mentiras a mí mismo.

Todo lo que dije a noche, es todo lo que pienso. Lo que he pensado todos estos años.

Mierda. Estoy tan jodido.

Y pese a que no quiero aceptar esa realidad, irónicamente eso no es lo que se siente como un error.

Lo que se siente así es haberme ido. Haberla dejado en la cocina, llorando, arrepentida y pidiéndole que no me siguiera. Es lo único que quiero, que me siga, que insista, porque solo así podrá destruir el escudo que construí anoche para protegerme de ella. Quisiera que no le tuviera tanto respeto a las cosas que le pido, pero entonces ya no sería ella.

Alyssa Allen hará justo lo que le diga.

Y por primera vez, no me da orgullo pensar en eso. Porque yo estoy herido, tan herido que aún sangro, y no quiero decir nada que abra sus heridas también.

El poder del amor #2 B.P [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora