A l y s s a
Tuve insistirle mucho a Alba para que me dijera sobre la fiesta. No podía echar de cabeza a Nico, así que fingí enterarme por ella y, para sorpresa de todos, les dije que quería participar en la organización.
¿Por qué?
Quiero mantener mi mente muy ocupada.
Muy ocupada.
Desde hace cinco días, una única idea ha estado dando vueltas en mi cabeza: Caelan está cerca. Solo tienes que tomar tu auto. Solo es una hora. Solo tienes que ir a la ciudad y lo verás. Luego escucho la voz de Kol diciéndome que lo busque, diciéndome que no cree que Caelan me odie. He tenido que recurrir a toda mi fuerza de voluntad para que en ir a buscarlo no se convierta en una opción para mí.
No hay posibilidades.
Simplemente no.
Nelly también está preocupada, aunque no lo exprese. Sé que teme que lo busque, sé que teme que Caelan me rechace. Y comparto sus miedos, así que la entiendo por completo. Ella más que nadie ha sido parte de mi proceso de sanación, y no quiero que tenga que verme de nuevo como esos primeros años. De nuevo la arrastré al infierno, y aunque fue uno diferente esta vez, eso no lo hacía mejor.
No puedo hacerlo.
Después de terminar mis citas, me dirijo a la oficina del director del hospital. Al parecer él ha estado participando en la organización de mi fiesta y quiero agradecerle personalmente. Pocas veces he hablado con él, pero sé que es lo suficientemente amable como para no molestarse por una visita inesperada.
Su asistente ya se ha marchado, así que toco la puerta un par de veces. No la abro hasta que escucho un adelante.
Bruno dice que el director se parece a Santa Claus. Y la verdad es que tiene razón. Es de complexión similar, siempre tiene las mejillas sonrojadas y su cabello y barba están teñidos de blanco gracias a las canas. Es encantador con los niños, y muy bueno en su trabajo. Ha tenido una gran trayectoria y yo lo admiro muchísimo.
—Lamento molestarlo, doctor Vargas.
—No es ninguna molestia, doctora —me sonríe cálidamente—. ¿Pasa algo?
—Bueno, me han informado de la fiesta y quería venir a darle las gracias personalmente. Es un lindo detalle que esté participando.
—No todos los días se recibe un posgrado. Esto merece ser celebrado.
—Muchas gracias —le sonrío, menos apenada que cuando entré—. Me dijeron que usted eligió un salón. Pero no es necesario, podríamos tener algo pequeño aquí en el hospital. En el comedor.
Se pone de pie, bastante divertido por mis palabras.
—Lo lamento, pero tendré que decirle que no. Esto es algo grande y así tiene que verse.
—Pero...
—Pero nada —toma una tarjeta de su escritorio y me la da—. Ahora que lo pienso, ni siquiera sabe dónde será su fiesta, y ya es mañana.
Es probable que en el momento en que leo la dirección, el color abandona mi rostro.
—¿Es en la... ciudad? —pregunto, temerosa.
—Sí. Hay un lindo salón de eventos. Ahí festejamos cuando recibí mi doctorado.
—Es demasiado, en verdad. No quiero que la gente se incomode al tener que viajar tanto. Y mucho menos al tener que ponerse ropa elegante.
Porque sí, la etiqueta es formal.
—Oh, ellos estarán muy agradecidos, créame. Un poco de aire fresco no cae mal.
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El poder del amor #2 B.P [✔]
RomanceCaelan tiene una vida perfecta. Juega fútbol en el equipo perfecto, tiene una perfecta carrera y perfectas oportunidades. Y le agrada. Así su mente no piensa demasiado en la persona que su corazón tanto extraña. Pero cuando ella vuelve y pone todo d...