V e i n t i c i n c o

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La última vez que estuve en el estadio, me pareció que estaba repleto de personas, ahora, en estos precisos momentos, puedo jurar que no sabe ni un alma. Lo sé por qué estoy en la cima.

Parece un reservado que ha quedado olvidado al paso de los años. El hombre que nos recogió en el aeropuerto nos trajo hasta aquí y dijo que estaría en la puerta para asegurarse que nadie pase. Ahora solo estamos los tres.

Bruno tiene las mejillas sonrojadas por la emoción, algo que suele parecer muy a menudo ahora. Yo también lo estoy, las manos empiezan a sudarme y es bastante difícil provocar una reacción así en mí. Por lo que Caelan me contó antes de que se marchara del hotel, dijo que hoy juegan contra su mayor rival. El equipo de Madrid. Eso explicaría por qué está tan lleno, están jugando en su ciudad. Pero también veo una cantidad considerable de personas que traen la camiseta de Barcelona o sus colores. La gente espera mucho de este partido. A mí solo me importa que el polvo de la suerte le funcione a Caelan. Sé que ganar lo hará feliz, y eso es lo que más he estado buscando.

—Maly, ¿a qué hora sale Caelan?

Bruno está de puntitas en la barandilla, tratando de afinar su vista para cuando aparezca.

—No debe tardar mucho, cariño.

Asiente y espera muy ansioso.

Yo miro a Nel a mi lado, quien no ha hablado conmigo desde que salieron por la pizza. Supe que ellos habían hablado, la tensión disminuyó considerablemente, pero aún hay algo que está molestándola. Quizá soy yo o quizá aún es Emilio. Es bastante difícil de saber por su expresión de muerte.

Suspiro y la miro.

—¿Qué te pasa?

Ella solo me mira de reojo, muy irritada.

—Me lanzaste a los leones.

—No fue así. Te lancé a Emilio.

—Oh, perdona —sonríe falsamente—. Solo fue a un león.

—Necesitaban hablar. Estabas asesinándolo con la mirada.

—No lo habría asesinado en serio —murmura, retorciendo sus dedos sobre su regazo.

—¿Estás lista para decirme lo que pasó? ¿Desde cuándo están peleados?

—Desde ayer —murmura, aun sin verme.

—¿Y a qué se debió esa pelea?

—Él dijo que... —cuando pasa saliva con fuerza para disimular que se le ha roto la voz, yo me preparo para lo peor—, dijo que... yo hice que de nuevo viera un futuro con alguien más.

Espero.

Y espero...

Pero ella no continúa.

Creí que era peor, muy grave, pero la realidad es que esto me lo esperaba. Emilio parece el tipo de hombre que se toma las cosas en serio, como si ya hubiera perdido demasiado tiempo y no quisiera perderlo más. Como si estuviera dispuesto a hacer lo que sea con tal de estar en paz con la persona que quiere. Es por eso que me gusta para ella, pero eso a Nel le aterroriza. Hasta el momento se le ha dado bien la vida en casa. Le encanta estar ahí, con Bruno, tener una familia, pero antes de conocer a Emilio, algunas veces se daba unas escapadas y visitaba algunos bares. Es como si quisiera rodearse de cosas malas para darse cuenta de que fuera de casa, el mundo sigue siendo una porquería. Que hay un montón de personas como Leroy Edwards.

Me pregunto si ese estúpido británico sabe hasta qué punto ha perturbado toda su vida.

Y ahora, que por fin ha encontrado a alguien bueno, a alguien que parece dispuesto a hacer lo que sea por ella, da un paso atrás y crea cientos de muros alrededor de ella, disfrazando su miedo y desconfianza con enojo e irritabilidad. Se está protegiendo de sí misma, porque sabe que está confiando en él.

El poder del amor #2 B.P [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora