O c h o

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A l y s s a

La fiesta pasa con regularidad, las personas siendo completamente ajenas de que estoy a solo un toque del quiebre. Aun así me fuerzo a sonreírles, a agradecerles por venir y a despedirlos cuando las personas empiezan a irse. De mi familia, Eleonor y Leonel son los primeros.

—¿Estás bien? —Eleonor me toma por el rostro, preocupada.

No le he dicho nada, pero vio a Caelan y luego a Nel discutiendo con él. Por supuesto que sabe que algo anda mal.

—Lo estaré —susurro.

Ella sonríe con tristeza.

—Mañana iremos a ver a Bruno, ¿sí?

—Por supuesto.

—Felicidades, Aly —me dice Leonel.

—Gracias por venir hasta acá.

—Eres parte de nuestra familia. Jamás nos lo habríamos perdido.

Los abrazo con fuerza y aunque no quisiera, permito que se vayan. Raquel también viene hacia mí. Ella está rogando en silencio por irse desde hace horas, pero Kol está cuidando de Caelan, quién no ha dejado de beber desde que llegó. Ya lo había visto beber antes, pero esta vez es diferente. No lo está haciendo para pasar el rato, sino para olvidar.

¿A mí?

¿Quiere tomar fuerza para finalmente confirmar que me odia? Porque básicamente eso fue lo que dijo antes, pero me aferro a la esperanza de que estoy equivocada, y lo haré hasta que él mismo se encargue de que la suelte. Después de todo, debo dejar de sumir, ¿cierto?

—¿Estás bien?

Ni siquiera puedo responderle a Raquel.

Claro que no estoy bien. Siento que el alma se me está cayendo a pedazos. Siento que como si alguien estuviera clavando alfileres en mi corazón sin cesar. La pelea fue una tortura, una que yo misma me encargué de infligirme. Porque Caelan tiene razón, yo lo abandoné, nos quité todos nuestros sueños, nuestro futuro. ¿Por qué creí saberlo todo? ¿Por qué supuse que le iba a hacer daño? Tal vez pude decírselo, tal vez pudimos conseguir ayuda, juntos, trabajar en lo que habíamos creado. Sin embargo, preferí no confrontarlo y ahora esto es lo que se ha convertido mi vida amorosa.

Me equivoqué, y lo supe incluso antes de verlo, pero ahora que conozco el daño que le causé, se ha que magnitudes llegó mi equivocación.

—Siento como si me estuvieran arrancando el corazón —murmuro.

—Es una mierda.

Desvío la mirada de Caelan y mejor miro el suelo.

—No creo que sea yo quien la está pasando peor.

—No por eso vas a minimizar tu dolor. Él también debería pensar en el tuyo.

—¿Me lo merezco?

—Te mereces explicarte.

—Ya lo hice, y no creo que haya sido suficiente.

—Lo será, créeme. Algunas veces decir la verdad es todo lo que se necesita para que las cosas se solucione.

¿Y qué es exactamente lo que se solucionará?

Me da la impresión de que Caelan ya no siente nada bueno por mí.

—Gracias por estar aquí.

—Siempre seremos familia.

La abrazo con fuerza, lamentándome también por todo lo que tuvo que pasar para que finalmente pudiera ser feliz. Y supongo que también siento miedo por ello, porque tengo miedo de que sea algo de familia y estemos destinadas a pasar por cosas horribles antes de que la vida se apiade y finalmente nos permita ser felices.

El poder del amor #2 B.P [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora