N u e v e

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No pude pegar un ojo en toda la noche, literalmente. Vi el momento en que empezó a salir el sol, escuché cuando los pájaros empezaron a cantar y también como Nelly salí con Bruno para llevarlo a desayunar. Lo escuché en la puerta, preguntó por mí y ella le dijo que estaba dormida porque había terminado muy cansada por el evento. Ojalá hubiera podido salir a verlo, pero no quería que notara lo mal que me siento, ya que no pude dormir porque no dejé de llorar. Y ni siquiera en todas esas horas pude lograr prepararme para lo que está por venir.

Caelan sigue dormido, pero son las diez de la mañana y no va a tardar en despertar. No sé qué sucederá entonces. De lo único que estoy segura es que desearía que el momento de anoche hubiera sido eterno. Ojalá ese hubiera sido nuestro primer encuentro después de seis años.

Por todo lo que vivimos, creo que nos merecemos algo mejor que ver como enterramos un amor que fue tan hermoso, y que al menos a mí logró salvarme.

Me pongo de pie y me meto al armario para ponerme ropa más cómoda. Deseo con todas mis fuerzas tomar una ducha helada, pero temo que cuando salga, él ya haya desaparecido. Siento como si esto fuera un sueño, como si todo lo que pasó hace unas horas solo fuera producto de mi imaginación. El temor es tan grande que las manos me tiemblan, pero cuando abro las puertas, él sigue ahí. Casi suspiro al verlo aún en mi cama.

Su cabello está alborotado por sus movimientos al dormir y la luz del sol entra por mi ventana, haciéndolo ver cálido. Sigue siendo el mismo rostro, un poco más maduro y atormentado, pero sigue siendo el rostro del que me enamoré.

Y esas largas pestañas...

Mierda, todo sería más fácil si fuera horrible. Aunque dudo que eso realmente importaría para mí. Yo estoy enamorada de Caelan, de lo que es, no de cómo luce, y dudo que pueda dejar de estarlo algún día. Después de todo ya han pasado seis años, y mis sentimientos no han hecho más que crecer, tanto que duelen, tanto que me están consumiendo y temo ser convertida en cenizas.

Dejo un vaso de agua en la mesa de noche y una aspirina.

No sé si debería bajar, esperar a que asimile todo lo que pasó y que entonces me busque cuando esté listo, pero mientras lo decido, parece que mi sombra cubriendo su cara interrumpe su sueño porque empieza a removerse. Yo volteo de un lado a otro, sin saber qué hacer, y entonces corro hacia mi tocador y finjo que me estoy peinando. Lo que, ahora que veo, es muy necesario.

Veo por el espejo que abre los ojos y entonces me giro como si no lo hubiera estado mirando como acosadora mientras dormía. Aunque él no lo nota. Se queda mirando el ventilador, tal vez poniendo en orden las piezas en su mente. Sé bien que no pierde la consciencia después de beber, pero me pregunto qué tanto de lo que dijo anoche, realmente lo quiso decir. Pasan un par de minutos para que finalmente desvíe la mirada y me busque en la habitación, yo me aferro a mi cepillo, sintiéndome repentinamente intimidada.

No hay ninguna expresión en su rostro.

La sonrisa que me dedicaba cada vez al despertar, ya no está ahí.

Casi puedo escuchar como los pedazos de mi corazón quebrarse un poquito más.

Supongo que es normal. Ayer estaba ebrio y la realidad es que Caelan ahora me odia. Porque aunque dijo que nunca se volvió a enamorar, eso no significa que aún me ame. Son dos cosas totalmente diferentes y eso es lo que más me está destrozando por dentro.

Paso saliva con fuerza y abro la boca para decir algo, pero no puedo producir sonido. Al parecer los nervios también me están carcomiendo. Veo cómo se sienta en la cama y nota el vaso de agua y la pastilla. Duda un momento, pero finalmente los toma. La cabeza debería estar explotándole.

El poder del amor #2 B.P [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora